La tasa de desocupación fue del 11,7% en el tercer trimestre de 2020, lo cual significó una reducción de 1,4 puntos porcentuales respecto del período previo. Paralelamente, hubo 1,2 millones de ocupados adicionales, en comparación con el segundo trimestre, dentro de los 31 aglomerados urbanos que analizó el INDEC.
La relativa mejora del desempleo no fue explicada por una menor cantidad de personas desocupadas, que se mantuvo en torno a 1,4 millones, sino a un incremento de la Población Económicamente Activa (PEA), que pasó de 11 millones a 12 millones, sobre un total de 28,5 millones de personas relevadas.
Esto reflejó que una mayor cantidad de gente decidió buscar nuevamente trabajo, luego del período más crítico de la pandemia de Covid-19, y muchas de esas personas lograron obtener algún tipo de ocupación.
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"La reactivación de la oferta luego de su retracción en el momento inicial y más fuerte del ASPO ocurrió mayormente sin pasar por el desempleo. Muchas de las personas que se declararon inactivas en el segundo trimestre retomaron sus anteriores ocupaciones, con la flexibilización de las restricciones, pasando así a estar ocupadas", explicaron fuentes del Ministerio de Economía.
En efecto, la tasa de empleo trepó cuatro puntos porcentuales respecto del trimestre anterior, hasta el 37,4%, equivalente a una cantidad de 10,7 millones de personas ocupadas.
Sin embargo, cabe remarcar que este repunte del empleo fue generado fundamentalmente por subas en el empleo no asalariado, particularmente cuentapropista.
En el mismo sentido, dentro de los asalariados ganaron terreno aquellos informales, sin descuento jubilatorio, que pasaron a representar el 28,9% de los asalariados totales, cuando en el registro previo significaban el 23%.
Paralelamente, desde el INDEC remarcaron un importante aumento de los subocupados, que son aquellos que trabajan menos de 35 horas semanales y están dispuestos a trabajar más horas. Su participación en el total de los ocupados pasó de 11% en el segundo trimestre a 15,2% en el tercero.
En la segmentación por sexo y edad, los peores indicadores tanto de desocupación como de empleo se volvieron a observar en las mujeres menores a 30 años. En tanto que, en la comparación con el trimestre anterior, también resaltó un aumento de la desocupación en las mujeres de entre 30 y 64 años.
A pesar de las mejoras en comparación con el período previo, en la comparación interanual la mayoría de los indicadores exhibieron deterioros. En el tercer trimestre de 2019 la desocupación era del 9,7% sobre la PEA mientras que el empleo alcanzaba el 42,6% sobre la población total.
Esta situación responde a la crisis económica provocada por la pandemia, que en el segundo trimestre causó la cifra de empleo más baja desde principios de los 80’, equivalente a una pérdida de 2,5 millones de empleos en los 31 aglomerados urbanos encuestados.
La gran mayoría de esos individuos que dejaron de tener una ocupación no pasaron a formar parte de la población desocupada ya que, por cuestiones metodológicas, muchos de ellos pasaron a integrar la población inactiva, que es aquella que no tiene trabajo pero tampoco lo busca. Esta situación reflejó el desaliento de mucha gente que dejó de tener esperanzas de conseguir trabajo en medio de las restricciones.