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"El objetivo del atentado es aún incierto, pero, según nuestras informaciones, en este ataque al menos siete personas murieron y 15 resultaron heridas, entre ellas, civiles y agentes de los servicios de seguridad", declaró el portavoz de la policía afgana, Shasmat Stanikazai.
El atacante llegó andando hasta el lugar del atentado e hizo estallar su chaqueta llena de explosivos.
El portavoz del ministerio de Desarrollo Rural, Fraidoon Azhan, confirmó al menos "seis muertos, y que no se trataba de ninguno de sus empleados", rectificando así sus primeras declaraciones.
"Un vehículo de consejeros extranjeros se encontraba cerca [del lugar del atentado], pero sólo resultó dañado de manera parcial y los propios consejeros extranjeros no fueron heridos", añadió Azhan.
Las explosión se produjo a las 16:30 locales, horario de salida de los funcionarios.
Es la segunda vez que un ministerio es objeto de un atentado terrorista. El 11 de junio pasado, otro atacante suicida se hizo explotar matando a 13 personas e hiriendo a otras 31. El grupo yihadista Estado Islámico (ISIS, en inglés) reivindicó aquel atentado.
Según un informe divulgado este domingo por la ONU, Afganistán batió un nuevo récord de civiles asesinados, con cerca de 1.700 muertos en el primer semestre de 2018, el peor balance en diez años.
La capital, Kabul, y la provincia de Nangarhar, en el este del país, han sido las más afectadas.
En este conflicto afgano que se eterniza —cerca de 40 años en total, y 17 desde la llegada militar de Estados Unidos en 2001— la primera causa de muerte de civiles siguen siendo los atentados suicidas y los llamados ataques complejos, es decir, que empiezan con un terroristas dispuesto a inmolarse y siguen luego ataques comando con ocupación de edificios y disparos.
(Fuente: Infobae)