Aunque se creyó que iba a cargar con el agravante de la saña de los golpes en su rostro (hasta desfigurarlo) con un elemento contundente; solo se lo procesó por una posible pena que va de 8 a 25 años de prisión efectiva, con posibilidades de beneficios.
Según la investigación se cree que el sujeto estaba bajo los efectos de algún tipo de sustancias tóxicas cuando realizó el hecho. Que se llevó el celular de la víctima, luego de haberse acercado hasta su domicilio cuando llegó en la madrugada del 3 de junio de 2016.