En días de calor extremo, los helados de hielo se destacan por su capacidad de hidratación, ya que están compuestos en un 90% por agua. Esta característica los convierte en una opción refrescante y ligera. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que mantenerse hidratado es crucial para prevenir golpes de calor y mantener un buen funcionamiento celular, y consumir productos ricos en agua puede ser una estrategia sencilla y eficaz.
Sin embargo, su alto contenido en azúcar sigue siendo un motivo de preocupación, ya que puede contribuir a enfermedades como la diabetes si se consume en exceso.
Aunque los helados de crema contienen más calorías, ofrecen nutrientes que los de hielo no tienen. Gracias a su base láctea, son fuente de proteínas de alta calidad, calcio y vitaminas esenciales. De acuerdo con un estudio en American Journal of Clinical Nutrition, el calcio presente en productos lácteos como los helados puede contribuir a la salud ósea y muscular.
No obstante, el mismo estudio subraya que muchas versiones comerciales contienen grasas saturadas y azúcares añadidos que limitan sus beneficios nutricionales. Optar por helados de crema con bajo contenido en grasa o versiones sin azúcares añadidos puede ser una alternativa más saludable.
Independientemente del tipo de helado, la clave está en la moderación. Tanto los helados de crema como los de hielo suelen tener un alto contenido en azúcares refinados, cuyo consumo excesivo está relacionado con obesidad y problemas metabólicos, según un informe de Harvard T.H. Chan School of Public Health.
Los expertos recomiendan limitar la ingesta diaria de azúcares añadidos a no más del 10% de las calorías totales, lo que equivale aproximadamente a 50 gramos para una dieta de 2 mil calorías.
El formato del helado también influye en su valor nutricional. Según explicó José Pablo Suárez Llanos, experto de la SEEN a CuidatePlus, los cucuruchos suelen estar elaborados con harina refinada, azúcar y grasas, lo que aumenta significativamente las calorías consumidas sin aportar nutrientes relevantes.
En cambio, el helado en “vasito” permite un mejor control de las porciones y evita las calorías adicionales del cucurucho. Además, optar por “vasitos” individuales puede prevenir el exceso, un hábito común al consumir directamente de envases más grandes.
Un helado de crema puede tener entre 200 y 300 calorías por porción, en comparación con 60 a 100 calorías de un polo de hielo (Imagen Ilustrativa Infobae)
Para quienes buscan opciones más saludables, existen alternativas igualmente refrescantes y nutritivas. Las frutas frescas o congeladas, por ejemplo, son bajas en calorías y ricas en fibra, antioxidantes y vitaminas. También se pueden preparar licuados con yogur natural y frutas, que aportan proteínas y probióticos beneficiosos para la salud intestinal, según destaca un estudio en Frontiers in Microbiology.
Otra opción son los helados de agua caseros hechos con jugos de frutas naturales o gelatinas sin azúcar, que permiten personalizar el contenido de azúcar y añadir nutrientes como vitamina C. Estas alternativas no solo son más saludables, sino que también reducen el impacto ambiental asociado con los envases de los helados comerciales.
La elección del helado más saludable depende de las preferencias y objetivos individuales. Mientras que los palitos de agua destacan por su capacidad de hidratar con menos calorías, los helados de crema ofrecen nutrientes esenciales como proteínas y calcio.
Sin embargo, en ambos casos, es crucial moderar el consumo y optar por versiones con menos azúcares añadidos. Alternativas como frutas o helados de agua caseros amplían las opciones para disfrutar de un postre refrescante sin comprometer la salud. En última instancia, la combinación de disfrute y responsabilidad puede convertir al helado en una experiencia deliciosa y compatible con un estilo de vida saludable.