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"Mamá, que no se muera mi papá", las estremecedoras palabras del hijo del navegante desaparecido

Un fuerte sentimiento de enojo y desazón atraviesa el corazón de Karina, la esposa de Cayetano Vargas, el tripulante del submarino ARA San Juan, desaparecido hace cuatro días en el mar argentino. La mujer habló con sanjuan8.com y contó un sueño que tuvo antes de que el hecho se consumara. También dijo cómo viven sus hijos, el angustiante momento.

/// Por María Eugenia Vega

"¿Qué está comiendo papá? ¿Qué hace? ¿Él está bien? Mamá, que no se muera mi papá". Esos son los interrogantes que atraviesan el corazón del hijo menor de Cayetano Vargas (preservamos su nombre) que con 9 años, vive momentos dramáticos los cuales, seguramente, no olvidará. Su hermano mayor, de 16 años, trata de acompañarlo pero cada procesión va por dentro de una manera diferente y las edades manifiestas sensaciones encontradas, acorde a las realidades. Pero la angustia, la incertidumbre, la duda y la desolación son comunes para toda la familia de Vargas, el sanjuanino que navegaba en el submarino ARA San Juan, que está desaparecido desde el pasado miércoles en mar argentino.

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La esposa de Cayetano, aguanta en su casa. Guarda un fuerte recelo contra la Armada porque no acepta los protocolos que tiene y asegura que, de haberlos roto, los resultados podrían ser diferentes. Karina habló desde Mar del Plata con sanjuan8.com y relató las horas dramáticas que vive su familia. "La verdad es que el clima no los ayuda. Las olas tapan el buque y aunque esté en superficie no puede verse. Y recién hoy, la Armada dispone buscarlos por abajo del agua y por aire. El protocolo debió romperse porque son personas. No los han buscado hasta 48 horas después de su desaparición y lo hicieron porque la información comenzó a filtrarse. Fue un despropósito que muchas familias de navegantes se enteraran por los medios", remarcó angustiada. Aunque los allegados de los protagonistas están en la base naval, Karina reveló que no quiere estar ahí. "Prefiero estar con mi familia en mi casa", marcó tajante, porque su enojo hacia las autoridades es contundente.

Mientras tanto, su hijo mira la tele y pregunta si su papá va a volver. Porque además espera con ansias algunos regalos que su padre le había prometido cuando llegó a Ushuaia. Los trae con él, en ese buque que permanece sin dar señales concretas, porque a demás no se ha confirmado oficialmente que las llamadas hayan salido de esa nave y no de algún buque cercano. Eso también carcome la cabeza de Karina. "Tengo miedo", revela. "Es la primera vez que lo sueño cuando iba camino a Ushuaia. Nunca tuve malas sensaciones pero esta vez, lo vi llegando a casa antes de tiempo. Me saludó y le hice un chiste para que se haga cargo de los chicos así yo podía salir finalmente, porque no me gusta dejarlos solos", contó.

El nivel de incertidumbre es devastador y deja sin sueño a cualquiera. Ella aguarda una respuesta por parte de las autoridades que todavía no hablan palabras esperanzadoras. Bajo un protocolo de búsqueda demoroso y a sabiendas de las malas condiciones climáticas, Karina llora en la cama matrimonial que espera la llegada de su marino, a pesar de todo.

La búsqueda triplica esfuerzos

El vocero de la Armada Argentina, Enrique Balbi, ha manifestado en la mañana del domingo que "se sigue trabajando en la búsqueda del submarino con la información brindada ayer por la empresa satelital". Esto se produce tras la recepción de una serie de breves llamados. Ahora intentan rastrear "la geolocalización".

Sin embargo, no hay confirmación concreta de que esos llamadas hayan salido de la nave en cuestión. Pero hay esperanzas, ya que las autoridades manifestaron también que el buque está preparado para resistir el oxígeno, la temperatura y que tienen víveres suficientes como para suportar un poco más. A partir de esta jornada, los buscarán por aire, por debajo del agua y por superficie; según afirmó la Armada.