El Ruso Zielinski acomodó las piezas tras la mala imagen que había dejado en Avellaneda en el empate con Defensa y Justicia. Diego González fue titular por primera vez y formó dupla en el medio junto a Luciano Aued. Acuña por izquierda volvió a demostrar que tiene nivel de Selección; y Oscar Romero sobre la derecha los volvió locos a Gonzalo Díaz (vio la amarilla por una fuerte entrada contra el paraguayo) y a Maxi Caire, que jugó con el perfil cambiado.
Vélez estaba desorientado y sus jugadores corrían por la cancha como si cargaran bolsas de cemento en sus espaldas. Leandro Somoza estuvo muy impreciso y Blas Cáceres, apurado. Díaz hacía la suya y Héctor Canteros, que reapareció tras una molestia en una de sus rodillas, se mostró fuera de ritmo. Mariano Pavone luchaba contra sus propias limitaciones y frente a los centrales Nico Sánchez y Danilo Ortiz, que se lo devoraron. La diferencia entre ambos equipos en el primer tiempo fue un abismo.
Para el segundo tiempo, Bassedas movió el banco: a la cancha fueron Hernán Barcos y Leandro Desábato en lugar de Somoza y Díaz. El local presionó por un descuento que se le iba a negar dos veces. Primero por la buena reacción de Agustín Orion, que desvió al córner un buen cabezazo de Nasuti en el primer palo. Después, tras un frentazo de Barcos, Pavone no llegó para empujarla por el segundo palo.
El complemento le sobró al partido. Vélez se pinchó rápido tras esa ráfaga del inicio y Racing administraba la holgada ventaja y la energía. Pudo haber aumentado la visita con un tiro libre de Gustavo Bou que dio en el travesaño, pero a esa altura el partido ya era historia. Para el final quedó la bronca del hincha local que despidió a su equipo con tibios silbidos, algún insulto y la resignación de verse cada vez más abajo en la tabla de los promedios. Luego, la barra brava intentó ingresar al vestuario y el entrenador le presentó su renuncia al presidente Raúl Gámez, que confirmó el alejamiento del entrenador en declaraciones radiales.