Se trata de Esteban William Pacheco (23), expareja y padre de la hija de Leila. Cuando fue detenido y quedó en sede policial, habría confesado el crimen, pero al momento de declarar ante el juez, negó los hechos que le endilgaron.
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Las pruebas en su contra fueron contundentes, especialmente el resultado del ADN de la piel hallada en las uñas y las manchas de sangre en el cuerpo de la víctima, que coincidió con el de su expareja.
Finalmente, el juez determinó procesarlo por homicidio doblemente agravado por alevosía y por violencia de género y quedó alojado en el Servicio Penitenciario Provincial. Con estos delitos, Pacheco podría enfrentar prisión perpetua de ser encontrado culpable por un tribunal.
El crimen de Leila ocurrió el pasado 27 de junio. La autopsia determinó que la joven, madre de una nena de tres años, sufrió un shock hipovolémico producto de las puñaladas que recibió por la espalda, a la altura de la cintura y luego por el frente del cuerpo a la altura del tórax, que le produjo heridas mortales en el páncreas y un pulmón.