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Lo contrató para que haga envíos de tortas y ahora la acosa y amenaza

Una mujer denunció la persecución que sufre desde hace seis meses por parte de un remisero que le hacía envíos de tortas.

Un verdadero calvario vive una mujer que reside en Rivadavia después de buscar a un remisero conocido para que le haga el envío de sus tortas. La víctima-resguardaremos su nombre por temor a más represalias – habló con Canal 8 y relató que desde hace seis meses es hostigada y acosada pon un hombre al que contrató para que le haga los envíos de sus preparaciones.

La mujer, detalló que lo conoció en el mes de junio y fue así que se convirtió en su taxista de confianza que en primer momento le llevaba las tortas y a veces se hacía cargo hasta del cobro de los productos. A medida que pasaba el tiempo, el hombre -taxista de una reconocida empresa sanjuanina-, comenzó a invitarla a algunos lugares y debido a la negativa de la mujer es que comenzó el ataque verbal.

La relación de negocios se rompió después de que el propio taxista, de apellido Rosales, le encargó dos tortas que no pagó y ante la insistencia de la mujer para recibir el pago, él le respondió: “Qué te crees pelotuda que me voy a cagar en dos mil pesos”. Desde ese momento y hasta la actualidad la mujer ha llegado a recibir hasta 100 llamados por día por parte del acosador que fue denunciado en varias comisarías y el caso ha recaído también en varios juzgados correccionales.

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Pero, a pesar de las presentaciones la mujer sigue recibiendo agravios a través de mensajes en diferentes redes y en algún momento también recibió la visita de móviles policiales ya que él propio acosador llamaba al 911 y la denunciaba por situaciones inexistentes.

La víctima en algún momento llegó a estar internada por un cuadro de estrés emocional debido a que el sujeto le espiaba desde el balcón y le detallaba a través de textos como estaba vestida. Otra situación que la puso muy mal es que sus hijas lo vieron en varias oportunidades merodear el barrio donde residen y lo último que recibió fue una serie de pintadas en el monoblock donde vive y hasta incluso colocó su número de celular.

Hoy, esta mujer vive con miedo, dejó de vender tortas y no sale de su casa por temor a que esté Rosales vigilando el barrio. Mientras tanto, el sujeto sigue trabajando y a raíz de este caso varias mujeres se contactaron con ella para contarles que también son acosadas por el mismo chofer de un taxi.

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