Hay ropa desparramada por todo el asfalto, mezclada con granos de trigo que transportaba el camión que volcó. Hay una persona que agoniza en la banquina, con una mujer al lado que le sostiene la mano. Hay dos cuerpos inertes en el costado izquierdo del vehículo con una carrocería que desapareció por el brutal choque. Hay muerte y tragedia sobre la ruta nacional 33, en ese cruce fatal con la ruta provincial 67 que ya tiene a los lugareños acostumbrados a contabilizar víctimas, año tras año.
Ese cruce en la provincia de Buenos Aires, entre Espartillar y Guaminí, es solo uno de los sitios más conflictivos de la Argentina donde se acumulan muertos y heridos por siniestros viales. Las rutas trágicas del país arrojan víctimas a diario y en el último año, entre marzo de 2021 y marzo de 2022, acumularon 2042 fallecidos, es decir, más de 170 por mes y seis decesos a diario. Pero, ¿cuál es el punto que mayor cantidad de siniestros viales registró en dicho período?
Las rutas denominadas 1+1, o de mano y contramano, nacionales o provinciales, son las más peligrosas por contar con menos carriles de circulación que las autovías o autopistas. Además de esa condición hay factores que elevan el riesgo en forma exponencial, por ejemplo, la interacción entre los vehículos, que aumenta o disminuye de acuerdo con el flujo de tránsito, y las zonas urbanizadas o pueblos que crecen al costado de las rutas. En el sitio más trágico de la Argentina, en el norte del país, se cumplen estas dos condiciones.
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De acuerdo con la información del Observatorio Vial de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), la Ruta Nacional 9, que une la Ciudad de Buenos Aires con la frontera boliviana, tiene el segmento de mayor siniestralidad vial en el período analizado. Entre los kilómetros 1680 y 1690 está la concentración más alta de accidentes que tuvieron heridos y/o fallecidos, concentrando el 75% de los casos ocurridos en toda la traza que tiene una extensión de 1967 kilómetros.
Ese segmento, en el mismo período de tiempo, reunió el 25% de los accidentes con víctimas registradas, aunque si se cambia el margen de análisis, a partir de 2017, se concluye que el kilómetro 1689 de la RN 9, en la provincia de Jujuy, es el más peligroso de toda la Argentina; en segundo lugar se encuentra el kilómetro 1687, también en Jujuy.
“La ruta 9 va cambiando en toda su extensión. Tiene sectores con velocidad máxima de 130 km/h hasta Rosario y Córdoba, en Córdoba se convierte en autovía hasta Villa Totoral y luego en una ruta 1+1 donde aparecen los lugares con mayor siniestralidad, sitios con poblaciones al lado de la ruta”, detalla Pablo Rojas, director del Observatorio Vial de la ANSV.
Por víctima fatal de un siniestro vial se entiende una persona fallecida en el lugar del hecho o hasta 30 días posteriores al mismo. En el último año hubo 3855 decesos en total si se cuentan todas las vías, es decir, calles, avenidas, autopistas, rutas y caminos, aunque seis de cada 10 muertos corresponden a accidentes en rutas, autopistas y autovías.
Autopistas y autovías
Aunque el mayor porcentaje corresponde a siniestros sin datos, con un 44% del total, la Autopista Panamericana se ubicó en el primer lugar de las trazas identificables, reuniendo el 12% de los accidentes fatales; luego aparece la autopista del Oeste, con el 8% de los siniestros, y la A008 (la circunvalación de Rosario), con el 9%. “Está relacionado a la exposición al riesgo. Al tener mayor cantidad de autos, tráfico sostenido en el tiempo, a pesar de los picos, el nivel de riesgo aumenta y, en consecuencia, los accidentes y las víctimas”, explica Rojas.
Mientras que en el grupo de las autovías la 2, el principal acceso a Mar del Plata y otros sitios de la costa atlántica bonaerense, fue la que más accidentes fatales registró de marzo de 2021 a marzo pasado con el 38% del total (nueve casos), seguida por la autovía Norte (entre Río Negro y Neuquén) y la 14 (en Entre Ríos) con el 8% cada una. Respecto a las rutas provinciales la 5, en Córdoba, sumó 41% siniestros fatales en el último año, con el 6% del total; en este segmento hubo 398 accidentes con fallecidos en otras rutas provinciales sin identificar en la información de la ANSV.
En el período interanual de la muestra la información concluye que se registraron 3.443 siniestros fatales en todas las vías de circulación y 1.728 sucedieron en distintas rutas. El 55% del total fueron en rutas, autopistas y autovías. El 78% de los fallecidos eran hombres y el 22% mujeres, siendo el rango de edad entre 21 y 24 años el grupo que más concentró, con el 21% del total (seguido por 15 a 24 y 35 a 44, con 17% cada uno). El automóvil, con el 38%, y la moto, con el 33%, fueron los vehículos con mayor participación en las tragedias viales.
A pesar que la cantidad de víctimas totales resulta abrumadora (3855 en total en todas las vías) la cifra se encuentra por debajo del piso estructural que se ubica en 5000 fallecidos por año. En 2020, con todas las restricciones de circulación vigente por la pandemia, se registraron 3326, una reducción del 32% respecto al promedio; y el año pasado hubo 3866 decesos (alza del 16%). En 2017 se produjo el número más alto, con 5611 casos.
La proyección del Observatorio Vial es que 2022 podría terminar con la misma cantidad de fallecidos que en 2021, lo que implicaría un avance en la seguridad vial. La reducción en los últimos años, según explican, es el gran cambio de hábito que llegó con la pandemia cuando se modificó la cantidad de viajes que una persona hacía en promedio por día reduciéndose al menos al 50%.
Sin embargo, hay conductas temerarias que siguen provocando tragedias en las rutas, como el sobrepaso indebido. Los datos del Observatorio Vial muestran que el 55% de los siniestros viales fatales ocurridos en el primer bimestre del año (enero y febrero) fueron por colisión y el 53% sucedieron en rutas con sobrepasos indebidos. También la presencia de alcohol aumenta el riesgo: las estadísticas señalan que en al menos uno de cada cuatro siniestros viales fatales se detecta alcohol en sangre en alguno de los conductores.