Según información del Vaticano reflejada por EFE, “la noche ha sido tranquila” y “el papa aún descansa”. Francisco no sufrió nuevos episodios de broncoespasmos, como el experimentado el viernes 28 de febrero. Sin embargo, su pronóstico aún es “reservado”.
Pese a esto, la Santa Sede informó que el papa Francisco “está siempre lúcido y orientado”. No es un aspecto menor, teniendo en cuenta su edad, 88 años, las distintas afecciones médicas que sufre, y que desde hace más de dos semanas no se lo ve en público. De acuerdo con información de AP, el papa “no tenía fiebre ni signos de un aumento en los glóbulos blancos, lo que indicaría que su cuerpo aún estaba combatiendo una infección”.