"Ellos dos me bajaron los pantalones y me hicieron una cochinada", con estas palabras un pequeño de 3 años le contó a sus padres cómo fue que dos niños del vecindario lo violaron.Todo sucedió durante la tarde del sábado en una casa del barrio 2 de Abril de Chimbas. El pequeño, de 3 años, estaba en la vereda de la casa de unos vecinos jugando a las balitas, mientras su padres y hermanos ultimaban los detalles del festejo de los 15 años de otras de las hijas de la familia.
En medio de esa tarde de juegos, aparecieron dos chicos de 11 y 13 años y llevaron al nene hasta la casa de uno de ellos. Allí abusaron del menor e incluso le produjeron lesiones anales. Luego dejaron que el nene se fuera a su casa.
Oscar, el papá del menor, contó que el pequeño llegó y durmió un rato. Luego lo cambiaron y participó del festejo. "Yo lo note un poco apagado, pero nunca pensé que le había pasado algo así", aseguró este papá casi llorando.
El ataque sufrido por este bebé fue visto por otro niño, que fue quien le contó a una señora del barrio. Ya en la mañana del domingo, esta mujer fue a la casa de la víctima y pidió hablar con los padres de familia para contarles lo que se había enterado.
Cuando los padres le preguntaron al nene si alguien lo había lastimado, el niño comenzó contando con sus palabras lo que le había pasado y quiénes eran los chicos que lo habían dañado.
De inmediato, los papás fueron a poner la denuncia en la Comisaría 17ª y de allí los derivaron al médico legista quien confirmó las lesiones. Desde allí fue derivado al Hospital de Niños, en donde aún permanece internado. El papá del niño contó que le han colocado medicación para prevenir un posible contagio de HIV y una batería de antibióticos.
"Más allá de que físicamente lo veo bien, cuando habló con mi hijo veo que él ya no es el mismo, se lo nota triste, como con miedo todo el tiempo, anoche se despertó a los gritos nombrando a uno de los pibes que lo atacó", contó el papá.
Oscar relató que los dos chicos que lastimaron a su hijo continúan libres, aunque se han recluido en sus casas por temor a posibles represalias de los vecinos que están indignados. "Nuestra familia y todas las del barrio exigimos que las dos familias de estos abusadores se vayan del barrio, si la Justicia no los encierra, que por lo menos no se queden viviendo entre nosotros, nos sentimos amenazados", aseguró Oscar.
Ante la pregunta de si él y su familia no han pensado en mudarse, el hombre fue categórico al decir: "Yo no voy a enseñarle a mi hijo que huya, él no hizo nada malo, tiene que vivir en su casa tranquilo y seguro de que estos chicos no lo van a lastimar más".
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