En otras ocasiones, apagar la alarma se vuelve complicado, generando preocupación persistente durante varios días, incluso después de que la causa ha desaparecido.
Expertos destacan la importancia del autocuidado y las técnicas mente-cuerpo para el bienestar mental (Imagen Ilustrativa Infobae)
También puede activarse sin causa aparente, produciendo ansiedad y estrés sin amenaza identificable. Estas manifestaciones pueden perjudicar el sueño, la productividad y las relaciones personales. Sin embargo, existen acciones simples que pueden revertir esta realidad.
Incorporar pequeños cambios en la rutina diaria puede hacer una gran diferencia a la hora de manejar la ansiedad sin medicación. Estas son las recomendaciones principales de los especialistas:
- Dormir bien y respetar los horarios de descanso
- Hacer ejercicio de manera regular
- Cuidar la alimentación y limitar azúcar, cafeína y alcohol
- Apoyarse en familiares, amigos o redes sociales sanas
- Probar técnicas de relajación, meditación, yoga o respiración profunda
- Consultar sobre terapia cognitivo-conductual si la ansiedad es persistente
- Mantener rutinas de autocuidado y encontrar actividades que ayuden a reducir el estrés
Para quienes buscan controlar la ansiedad sin medicación, los especialistas de Mayo Clinic sugieren iniciar por el autocuidado básico. Descansar lo suficiente, mantener una rutina de ejercicio físico, llevar una dieta equilibrada y reducir el consumo de azúcar, cafeína y alcohol son pasos esenciales.
Además, el apoyo social, a través de vínculos con amigos, familiares o la comunidad, contribuye a formar una red de contención que facilita el manejo de la ansiedad. Estas acciones cimentan una base sólida para el bienestar mental y pueden hacer la diferencia en el control de los síntomas.
Las técnicas mente-cuerpo constituyen herramientas accesibles para disminuir la ansiedad. Los especialistas indican que prácticas como la respiración profunda, la relajación muscular progresiva, la meditación, el yoga y el tai chi mejoran el estado de ánimo y reducen la tensión.
Estas técnicas pueden aprenderse de manera autodidacta o con el respaldo de familiares y amigos, y están disponibles en clases presenciales, plataformas virtuales, videos y aplicaciones. El Dr. Sawchuk recomienda un compromiso sostenido con estas prácticas, ya que su bajo coste y la facilidad de acceso las convierten en opciones aplicables para la mayoría.
Cuando la ansiedad requiere un abordaje más intensivo, la terapia cognitivo-conductual (TCC) es el tratamiento psicológico con mayor respaldo científico. El Dr. Sawchuk asegura: “Décadas de investigación han demostrado su eficacia”.
En la TCC, el terapeuta funciona como entrenador y ayuda a entender cómo la ansiedad provoca ciclos de pensamiento, emoción y comportamiento y enseña a interrumpir esos patrones.
El especialista compara este proceso con la fisioterapia, donde el progreso depende de los ejercicios realizados entre sesiones. Identificar los desencadenantes y adoptar respuestas diferentes permite construir un sistema de alerta interna más saludable y prevenir nuevos episodios.
La TCC suele tener una duración limitada, desde pocas sesiones hasta varios meses, según los objetivos del tratamiento. Los especialistas de Mayo Clinic recomiendan preguntar al terapeuta sobre objetivos, tareas de práctica y aprendizajes esperados. El equipo de atención primaria puede orientar en la búsqueda de profesionales, y existen recursos en línea y aplicaciones para facilitar el acceso a la terapia.
En casos de ansiedad severa, el Dr. Sawchuk indica que pueden requerirse programas ambulatorios intensivos u hospitalización, combinando psicoterapia y medicación.
En ese tono, el Dr. Sawchuk explicó que “la combinación de medicación y psicoterapia es sin duda una opción y puede conducir a muy buenos resultados”.
Además, enfatizó la importancia de aprender habilidades para controlar la ansiedad, ya que esto puede transformar la vida de las personas afectadas.
La evidencia recogida por Mayo Clinic demuestra que quienes realizan terapia cognitivo-conductual tienden a mantener los avances por más tiempo que quienes solo reciben medicación, lo que resalta el valor de las intervenciones psicológicas para el tratamiento de la ansiedad.