Aprendé a preparar esta receta, con textura cremosa y sabor a vainilla. El postre que nunca pasa de moda, explicado para que te salga perfecto.
Clásico de los clásicos, el flan casero con caramelo es uno de esos postres que nunca fallan. Te compartimos esta receta para que te salga cremoso, suave y con ese caramelo dorado irresistible, perfecto para cerrar cualquier comida con un toque dulce y familiar.
Para el caramelo:
150 g de azúcar
3 cucharadas de agua
5 huevos
500 ml de leche
150 g de azúcar
1 cucharada de esencia de vainilla
Hacés el caramelo: En una ollita, ponés el azúcar y el agua y lo llevás a fuego medio sin revolver. Cuando empieza a tomar un color ámbar, lo volcás con cuidado en la flanera o en moldes individuales. Girás para cubrir la base y dejás enfriar.
Para el flan, batís los huevos con el azúcar y la vainilla, sin espumar demasiado. Sumás la leche y mezclás bien.
Colás la preparación y la volcás sobre el caramelo ya frío. Así evitás burbujas y el flan queda más liso.
Llevás al horno precalentado a 160°C, a baño María, por 50 a 60 minutos. Lo sabés cuando al pinchar con un cuchillo, sale limpio.
Dejás enfriar completamente y después llevás a la heladera por al menos 4 horas. Al desmoldar, el caramelo baja y se convierte en esa salsita dorada riquísima.
