Cómo engañar al cerebro para dejar de fumar
Una vez tomada la decisión de dejar de fumar, toda ayuda parece poca, porque no es una tarea nada sencilla. Según Beck es posible alcanzar el éxito si engañamos al cerebro, reprogramando las conexiones neuronales para que deje de asociar el tabaco con recompensas inmediatas. Por eso, el primer paso es buscar cuáles son los desencadenantes, es decir, cuáles son las situaciones, momentos o acciones que llevan al fumador a sentir esa necesidad de fumar, pueden ser desde situaciones de estrés a encuentros sociales.
Una vez identificados, lo que el experto propone es cambiar ese hábito por otro que genere una sensación de satisfacción similar y también de manera rápida, lo que creará nuevas asociaciones en el cerebro, sustituyendo a las creadas por el tabaco. No es un cambio que pueda hacerse de un día para otro, lleva tiempo y paciencia, por eso el experto recomienda marcarse metas alcanzables e ir reduciendo poco a poco el consumo de tabaco en lugar de hacerlo de golpe.
Además, los beneficios que se obtienen en cuanto se abandona este hábito, pueden influir a la hora de seguir adelante. Muchos de ellos se notan a largo plazo, como algunas mejoras en la salud, pero otras son inmediatas. Por ejemplo, se recupera el sentido del olfato y los sabores son más intensos, se deja de toser y las manos recuperan su color, dejando de estar amarillentas. Apenas se deja de fumar la presión arterial y el ritmo del pulso vuelven a la normalidad y solo un mes después desaparece la tos y aumenta la capacidad pulmonar.
Además de crear un nuevo hábito más saludable, el neurocientífico también recomienda incluir en la dieta alimentos antioxidantes, para que ayuden a reducir los síntomas de abstinencia, así como reducir el consumo de alcohol y tabaco, porque suelen ser desencadenantes de ese deseo de fumar, lo mejor es evitarlas durante las primeras semanas. También recomienda compartir el proceso con amigos y familia porque eso nos aporta motivación, pero también refuerza la decisión al activar áreas del cerebro relacionadas con la conexión emocional.
FUENTE: TN