El acosador
Luego de su pequeño intercambio en el grupo religioso, Thomas empezó a seguir a Stites en sus redes sociales y a enviarle mensajes de manera constante. En un principio, ella pensó que simplemente era una persona que se sentía sola y que tenía confianza con ella para abrirse y contar sus cosas.
Poco después, Thomas invitó a salir a la joven de 20 años y, ante sus negativas, comenzó a seguirla por el campus, al trabajo e incluso cuando salía con amigos.
Ella se dio cuenta de que este comportamiento era alarmante y admitió que le tenía miedo. Sin embargo, nunca se imaginó que la situación podía escalar.
Tres años más tarde, Stites comenzó a trabajar en una pasantía en la ciudad de Kansas, en Misuri, y tuvo que mudarse. Al llegar, se dio cuenta de que Thomas se había inscripto en el mismo programa. Este hecho le pareció demasiado extraño como para ser una simple coincidencia, por lo cual decidió presentar una denuncia en la Policía y pedir una orden de alejamiento contra el hombre.
Un juez de Michigan le otorgó la perimetral por seis años y, durante ese tiempo, su vida volvió prácticamente a la normalidad. Se graduó como licenciada en trabajo social y cursó un posgrado.
Todo cambió en septiembre de 2020, en medio de la pandemia por el Covid-19, cuando la medida expiró y Thomas volvió a acosar a Stites. En esta ocasión, no solo le mandaba muchos mensajes, sino que también se anotó en la misma escuela de fútbol que ella.
Después de dos años, Stites, con miedo de que algo pudiera pasarle, decidió presentar un nuevo pedido de protección personal. Sin embargo, se la denegaron.
Un búnker secreto
A pesar de las precauciones que ella tenía por la situación de acoso, todo escaló en la madrugada del 7 de octubre de 2022.
Esa noche, Thomas entró al departamento de la joven, se abalanzó sobre ella y la estranguló hasta dejarla inconsciente. Luego de ello, la ató de manos y pies, y le puso una mordaza en la boca, según contó ella misma en el documental Stalking Samantha.
Él aprovechó que no había ningún vecino en la cuadra y sacó a la chica de su casa para meterla en su auto. “Me di cuenta de que tenía que luchar por mi vida”, recordó Stites sobre ese momento.
Thomas llevó a la joven hasta un lugar en donde había construido un búnker secreto. El espacio estaba hecho dentro de un almacén que tenía paneles insonorizantes en las paredes y un colchón que tapaba la puerta.
El acosador aseguró que lo planificó todo después de haber visto la serie “You” de Netflix, en la que un hombre secuestra a una joven y la mantiene cautiva dentro de una especie de jaula.
En ese momento, el hombre la amenazó y le dijo que planeaba tenerla allí para siempre. Incluso, llegó a decirle que iba a dejar su tabla de paddle surf cerca de un lago que frecuentaba para que las personas asumieran que se había ahogado.
Stites contó que sabía que su única posibilidad de sobrevivir era mantenerse lo más calma posible y apelar a cualquier resto de humanidad de su agresor. Cuando Thomas le confesó que lo aterraba la idea de ir a prisión, ella aprovechó ese temor y le dijo que, si la dejaba en libertad, no iba a denunciarlo. Incluso intentó convencerlo asegurándole que, como trabajadora social, estaba acostumbrada a “guardar secretos”.
Pese a ello, Thomas se negó a liberarla si antes no accedía a abusar sexualmente de ella. Si bien en un principio se resistió, ella aceptó bajo la condición de que la llevara de regreso a su casa esa misma noche. Stites denunció que el ataque se extendió durante varias horas, hasta que finalmente el hombre cumplió su promesa y la dejó en su departamento.
Una vez a salvo, pero consciente de que Thomas podía seguir sus movimientos a través de un rastreador GPS, Stites llamó a un vecino para que la trasladara al hospital. Allí le realizaron varios estudios y pericias, y dio su primera declaración formal ante la policía.
Los investigadores lograron ubicar y detener a Thomas esa misma noche. Durante el allanamiento en su casa, encontraron la mordaza, las esposas y diversos dispositivos de rastreo GPS. Además, hallaron en sus aparatos electrónicos una gran cantidad de fotos y videos de ella acumulados a lo largo de más de diez años, lo que confirmó el patrón de acoso sostenido.
En un primer momento, Thomas intentó justificar lo ocurrido diciendo que era un “juego de roles que fue demasiado lejos”, luego aseguró que había estado cazando al momento del secuestro.
El 10 de octubre de 2022 fue imputado por secuestro, allanamiento de morada, tortura, acoso agravado y múltiples cargos por conducta sexual delictiva. Si bien inicialmente se declaró inocente, aceptó un acuerdo en diciembre de 2023 y se declaró culpable de varios de los delitos, a cambio de que se retiraran los cargos vinculados a abuso sexual.
En febrero de 2024, el juez Elsenheimer lo condenó a una pena de entre 40 y 60 años de prisión. Durante la sentencia, remarcó que, en caso de ser liberado, Thomas deberá portar un GPS de por vida para que las autoridades puedan monitorear sus movimientos.
En la actualidad, cumple su condena en el Centro Correccional Bellamy, en Michigan, y su fecha más temprana posible de liberación está fijada para octubre de 2062.