En Argentina, en el año 2019, se certificó la interrupción definitiva del Paludismo y hasta el día de la fecha no se han vuelto a registrar brotes de la enfermedad. Esto significa que, por el momento, la enfermedad en nuestro país está erradicada.
Sin embargo, a partir de esa certificación, se ha establecido una red de vigilancia para todas las provincias del país para detectar los casos importados dentro del país y evitar su reintroducción de la enfermedad.
Si bien es cierto que el vector transmisor del Paludismo, que son los mosquitos del género Anopheles pseudopuntipennis, no están ampliamente distribuidos en todo el territorio del país, su presencia tienen una gran influencia en muchas provincias, sobre todo en las del norte y las del litoral.
¿Cuáles son las medidas preventivas para la comunidad para mantener la erradicación?
A pesar de que en San Juan tenemos en algunos departamentos la presencia del mosquito, no tenemos la circulación del parásito que causa la enfermedad. Pero si estamos en vigilancia permanente por si aparecen casos importados, explicó el profesional.
El Bioquímico subrayó que las medidas de prevención son las de cualquier medida que uno pueda tomar para evitar la picadura de mosquitos. Aunque son mosquitos considerados rurales y no han mostrado influencia significativa en áreas urbanas o semiurbanas de San Juan, es necesario continuar con la vigilancia. Es muy difícil que se haga criaderos en las viviendas y en las zonas urbanas porque carece de algunos mecanismos de adaptación.
En el marco de la vigilancia activa, la próxima semana, desde la División Epidemiología se ha organizado una capacitación para bioquímicos. Esta capacitación tiene como objetivo enseñar el diagnóstico microscópico del Paludismo e incluir a los profesionales bioquímicos que se encuentran hoy en ejercicio dentro de la red de laboratorios de la provincia, de modo tal que si aparece algún caso, se pueda sospechar y se pueda estudiar lo más prontamente posible dado que la enfermedad puede agravarse en muy poco tiempo si no se diagnostica ni se trata a tiempo, y puede generar mucho daño.
Este diagnóstico se realiza a través de un análisis de sangre con intervención del laboratorio común. No es un diagnóstico de mucha dificultad pero requiere de personal entrenado.