Presidida por el Obispo de San Juan, Jorge Lozano, y concelebrada por los presbíteros de la diócesis, la ceremonia se caracterizó por una profunda espiritualidad y unidad. Durante la misa, se consagró el Santo Crisma, aceite que se utiliza para los sacramentos de la unción en la Iglesia, como el bautismo, la confirmación y la ordenación sacerdotal. Asimismo, el obispo bendijo otros aceites que se distribuyen a las parroquias de la región, como el óleo de los enfermos y el óleo de los catecúmenos, utilizados en la administración de los sacramentos de la unción de los enfermos y el bautismo.
Un momento especialmente significativo fue la renovación del compromiso de los sacerdotes, quienes ante el obispo, reafirmaron los votos asumidos el día de su ordenación: vivir en comunión con el obispo, proclamar con fidelidad la Palabra de Dios, celebrar los sacramentos y servir con caridad a la comunidad. Esta renovación de promesas se enmarca dentro de las celebraciones del "Jubileo de los Sacerdotes", un tiempo de reflexión y fortalecimiento de la vocación sacerdotal.