Unos pocos días después, precisamente el 28 de marzo, en horas de la siesta, el enfermero Moll Menéndez, que desempeñaba tareas en el módulo 1 de internación y tenía bajo su cuidado y asistencia a las personas de este sector, ingresó a la habitación de la víctima y cerró las ventanas. El sujeto se aprovechó de su condición profesional y de la vulnerabilidad de la joven, debido al frágil estado de sus salid mental, del cual él tenía pleno conocimiento y de le acercó, la arrinconó cerca del placard, escondiéndose entre las puertas del mueble y la abusó sexualmente, la besó y manoseó. La joven se resistía como podía, ya que estaba completamente paralizada y confundida, producto de la situación y de la medicación que tomaba.
Luego, la víctima entró en una crisis y rápidamente pidió ayuda a otro paciente que permanecía internado en otra habitación y a su acompañante. Fue asistida por su familia, que se hizo presente en el hospital, y luego de hablar con ella, realizaron la denuncia en la UFI CAVIG.