Abusos intrafamiliares y entre amigos: dos condenas que interpelan
Un abuelo de Caucete recibió 9 años de prisión por abusar de su nieta y otro hombre fue sentenciado a 6 años por violar a su amiga. Ambos casos exponen la persistencia del abuso intrafamiliar y la vulnerabilidad de las víctimas.
En San Juan, dos recientes condenas por delitos sexuales estremecen a la comunidad y ponen nuevamente en foco el funcionamiento del sistema judicial y la necesidad de reforzar la prevención frente a la violencia sexual.
En el primer caso, un hombre de 68 años, oriundo de Caucete, fue condenado a 9 años de prisión por abusar reiteradamente de su nieta. La pena fue impuesta tras un juicio abreviado, luego de que el acusado aceptara su responsabilidad en los hechos. La negociación entre la fiscalía y la defensa permitió cerrar el proceso con una condena considerablemente menor a la que hubiera correspondido en un juicio ordinario, donde la pena podía llegar a los 24 años.
Según fuentes judiciales, el agresor había intentado previamente alcanzar otro acuerdo, aunque en esa ocasión el trámite no prosperó porque el imputado manifestó no comprender las condiciones del proceso. Finalmente, la Justicia determinó su culpabilidad y ordenó el cumplimiento efectivo de la condena, cerrando así una causa marcada por el dolor y la vulnerabilidad de la víctima, una menor que sufrió abusos de quien debía protegerla.
El segundo caso involucra a un hombre de 45 años, identificado como A.R.A., quien fue condenado a 6 años de prisión efectiva por abuso sexual con acceso carnal. La víctima fue una amiga con la que mantenía una relación de confianza desde hacía dos décadas. El hecho ocurrió en septiembre de 2024, cuando, tras una salida con amigos, la mujer perdió el conocimiento por consumo de alcohol y el agresor aprovechó su estado de vulnerabilidad para someterla sexualmente.
El tribunal consideró probadas las circunstancias denunciadas y destacó la relevancia de los testimonios de la hija y la expareja de la víctima, quienes la auxiliaron tras el ataque. También fueron claves las declaraciones de las personas que estuvieron con ellos esa noche en un boliche. Pese a que el fallo aún no está firme, el condenado permanecerá bajo prisión preventiva en el Servicio Penitenciario Provincial.
Ambos casos reflejan distintas dimensiones de una problemática común: la violencia sexual ejercida desde entornos de confianza, donde las víctimas —menores, mujeres, familiares o amigas— se ven doblemente vulneradas por el vínculo con su agresor.