“En términos relativos, una prenda de vestir promedio compra más bienes y servicios en nuestro país que en casi cualquier otra parte del mundo, incluso en el contexto actual de considerable abaratamiento relativo desde fines de 2022. Entre 2020 y hasta ese año el rubro indumentaria y calzado fue el capítulo del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Indec que más aumentó”, señaló.
De acuerdo a lo que muestra Fundar, la Argentina es menos cara en ropa informal y en ropa de niños y bebés. Por el contrario, es más costosa en productos de tejidos planos, como el denim y la gabardina, que suelen usarse en jeans, pantalones, sastrería y camisería, y en ropa de adultos.
Además, analizaron que los valores de la ropa son más altos en las prendas de marca y alta gama, y no tan caros en la ropa indiferenciada y de gama baja: “La otra cara de la moneda de este fenómeno es que la distancia entre las prendas más baratas y más costosas en la Argentina es, junto con Uruguay, la más alta de la región”.
“Esto encendió una polémica sobre las causas de los incrementos. El debate público osciló entre dos posturas. Por una parte, las miradas críticas de la industria nacional culpan al proteccionismo y sostienen que para bajar los precios solo hay que abrir la economía y fomentar la importación. La otra postura plantea que los altos precios de la ropa se deben a una multiplicidad de factores, todos ajenos al entramado productivo local”, explicaron desde Fundar.
Aunque, plantearon: “La explicación del fenómeno es más compleja. Durante las últimas dos décadas, la elevada protección comercial externa fue un factor central para justificar la evolución diferencial de los precios de la ropa en Argentina con el resto del mundo. Pero no es el único. El deterioro de las condiciones macroeconómicas contribuyó a encarecer el precio relativo de todos los bienes, incluyendo la indumentaria. También afectó el costo del financiamiento, que a su vez limitó la inversión y el aumento de la productividad”.
Respecto al momento en el que comenzó esta tendencia, indicaron: “Recién a partir de 2011 es que Argentina empezó a tener precios relativos de la ropa más altos que en Estados Unidos, Europa y América Latina. Desde entonces, esta tendencia se consolidó”.