Un mensaje de paz y preocupación
Francisco dirigió un llamado urgente a las partes involucradas en el conflicto de Gaza: pidió un cese del fuego, la liberación de rehenes y asistencia humanitaria para quienes padecen hambre y desean un futuro en paz. Además, manifestó su inquietud por el aumento del antisemitismo a nivel global y por la situación de la comunidad cristiana en Gaza, donde la guerra sigue cobrando vidas y agravando la crisis humanitaria.
“Me siento cercano al sufrimiento de los cristianos en Palestina e Israel, al igual que al de todos los israelíes y palestinos”, afirmó. Y concluyó con un mensaje esperanzador: “Que desde el Santo Sepulcro, donde este año la Pascua será celebrada el mismo día por católicos y ortodoxos, se irradie la luz de la paz sobre Tierra Santa y el mundo entero”.
El mensaje pascual “Urbi et orbi” también incluyó una clara condena a la escalada armamentística global. “La paz tampoco es posible sin un verdadero desarme. La exigencia que cada pueblo tiene de proveer a su propia defensa no puede transformarse en una carrera general al rearme”, afirmó el pontífice.
Francisco hizo “un llamamiento a cuantos tienen responsabilidades políticas a no ceder a la lógica del miedo que aísla, sino a usar los recursos disponibles para ayudar a los necesitados, combatir el hambre y promover iniciativas que impulsen el desarrollo”.
“Estas son las ‘armas’ de la paz: las que construyen el futuro, en lugar de sembrar muerte”, subrayó.
Con particular énfasis, el papa criticó los ataques a hospitales y trabajadores humanitarios, sin hacer referencia específica a Gaza, pero en un contexto donde tales incidentes han ocurrido repetidamente.