El país gobernado por Nicolás Maduro comparte los últimos puestos a nivel global junto a Sudán del Sur (8 puntos) y Somalia (9 puntos). En contraposición, Uruguay se consolidó como el país menos corrupto de Sudamérica con 76 puntos, apenas un punto por encima de Canadá y muy lejos del promedio regional.
El promedio global se ubicó en 43 puntos, mientras que la media de Latinoamérica fue de 42. En este escenario, la Argentina queda por debajo en ambos casos, con 5 puntos menos que el promedio regional.
A nivel continental, Uruguay (76 puntos) y Canadá (75) se destacan como los países mejor posicionados, mientras que Venezuela (10) y Nicaragua (14) aparecen como los más corruptos según la percepción de expertos y empresarios.
En la cima del ranking global se ubican Dinamarca (90 puntos) y Finlandia (88), en tanto que en el fondo aparecen Sudán del Sur (8), Somalia (9) y Venezuela (10).
El Índice de Percepción de la Corrupción (CPI, por sus siglas en inglés) se elabora a partir de una combinación de entre 3 y 13 encuestas y evaluaciones realizadas por distintas instituciones de prestigio internacional.
Se trata del indicador de corrupción más utilizado en el mundo, ya que refleja la percepción de expertos y ejecutivos de empresas sobre la integridad del sector público en cada país.
De esta manera, la distancia entre las naciones con mejores indicadores y las de mayor corrupción se mantiene amplia, reflejando las asimetrías en la calidad institucional y la confianza pública en distintas regiones del mundo.