Luego de que el "Cunta" Sosa, uno de los detenidos y sospechado de haber asesinado a Yamila Pérez, declarara ante el juez y apuntara contra el otro aprehendido, Evaristo Molina llegó Tribunales. El anciano, del cual se cree que era cliente de la joven, confesó el femicidio y dijo que lo hizo porque la víctima lo había amenazado con contarle todo a su esposa.
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En un primer momento el hombre -dueño de una distribuidora de gas, en Chimbas- se abstuvo de declarar por recomendación de su abogado. Pero cuando el fiscal le advirtió que su esposa sería llamada también a comparecer ante el juez, Molina se quebró y dijo que la mató "porque lo tenía cansado".
El hombre detalló, ante el titular del Tercer Juzgado de Instrucción, Guillermo Adarvez, que quería evitar que su esposa se enterara, ya que una vez lo había echado de su casa y no quería volver a la calle. "Yo le comenté a mi señora que había matado a Yamila Pérez" dijo, y luego agregó que la joven no se quería bajar del auto aquel fatídico 16 de junio. Aseguró que ella lo amenazó con contarle a su señora, lo que desató el feroz ataque que terminó con la vida de Yamila.
Ante esto se espera que el "Cunta" Sosa quede libre y se comenzará a investigar a la esposa de Molina, ya que no se descarta que haya sido cómplice del anciano que intercambiaba sexo por gas o dinero.
Las pruebas que lo complican
Según trascendió, en el lugar del horror encontraron una receta médica oftalmológica con el nombre de Molina. Éste fue el primer acercamiento que llevó a los investigadores hasta el presunto asesino. Cuando el juez ordenó su detención se allanó su vivienda, en el barrio Costa Canal, y se encontró una serie de cuchillos para despostar que lo complicaron aún más.
Además, fue él mismo quien mientras estaba detenido en la Central de Policía dijo ante el otro sospechoso detenido que mató a la joven, que recientemente había sido madre, porque lo tenía cansado. A esto se suma la declaración que hizo ante Adarvez y el fiscal Rodríguez.