“Hay cosas que no entiendo, pero eso de pincharme o pelearme para que discuta o entre, me parece que no va”, comenzó diciendo Mauro mientras estaba siendo abrazado por Furia y también por Bautista. “No soy Catalina”, le respondió la doble de riesgo. “No soy Catalina y no hice eso, dejá de mentir”. En ese instante, Bautista se levantó y se fue a sentar enfrente para dejar a la pareja hablar a solas. Sin embargo, Emmanuel, por el contrario, se quedó inmóvil y continuó presenciando la situación tensa que se vivía.
“Pero no te voy a contestar ahora, está todo bien”, intentó bajar el tono Mauro mientras se incorporaba e intentaba sentarse mejor, alejando a Juliana con sus manos. “Ay, se enojó, mirá”, dijo ella, pero el joven continuó: “Posta, te digo, yo no voy a cambiar nunca mi manera de pensar con vos”. Entonces, Furia, sin soltarlo de la cintura, le dijo que ella no había dicho eso, y que no malinterpretara las cosas. Sin embargo, el muchacho siguió: “Yo no malinterpreto, solo actúo por lo que veo, por lo que escucho, no por lo que me dicen”. La respuesta de Juliana fue terminante: “Yo no dije nada así que no me jodas”, pero Mauro redobló la apuesta. “Ayer entraste a mi habitación a la noche y dijiste: ‘sos un gil’ y no sé qué”. “¡Pero no te dije gil, boludo!, fui a buscar unos caramelos, ¿qué flasheas?”, respondió enojada.
Pero Mauro siguió haciendo su descargo. “Sí, me dijiste gil y hoy a la mañana pinchándome todo el día y ahora recién dijiste ‘seguro se lo va a comer el forro de Mauro’”. Acto seguido, la participante más polémica intentó calmarlo. “¿Pero por qué te tomás todo tan a pecho?”. En tanto, su compañero continuaba en el mismo tono de molestia. “No me lo tomo tan a pecho, está todo bien, me chupa un huevo, pero no me cabe, nada más”, concluyó intentando levantarse del sillón. Así fue como Furia lo soltó y le dijo: “Bueno, disculpame no sabía que eras tan sensible”.
“Pero está todo bien, yo jamás voy a hablar mal de vos ni nada por el estilo, ni voy a entrar en ninguna cosa que no entiendo”, arremetió. Entonces, Juliana trató de tomarlo con humor. “¿Pero qué pasa, como no tuviste cena tenés que hacer esto?”, exclamó a las carcajadas, lo cual ofuscó aun más a Mauro. En ese instante, Emmanuel apareció en escena mirándolos con una sonrisa y Furia le dijo que era muy gracioso. “Aparte, si querés hablar conmigo hablás conmigo, no con el grupo entero. Si querés hablar conmigo hablás conmigo, no con mis compañeros incluida yo que estoy adentro”, le retrucó risueña pero enfática. Así que Mauro trató de justificarse. “Pero no tiene nada de malo lo que estoy diciendo”. Y Furia lo cruzó: “Pero ellos no son parte de lo que yo hago con vos”. “Pero pueden escuchar tranquilamente”, se defendió el joven. “Por eso mismo, porque te gusta que lo escuchen”, cerró Juliana y se tomó la cabeza con las manos. “Sos muy chiquito, me voy, cuando se te pase, avisame y si no, andá a la concha bien de tu madre, me tenés harta”, le disparó a la vez que se alejaba hacia la habitación visiblemente enojada por la situación.