Los científicos analizaron a 296 adultos de entre 50 y 90 años incluidos en el Harvard Aging Brain Study, todos sin síntomas de demencia al inicio y midieron los niveles de las proteínas amiloide-beta y tau, vinculadas al Alzhéimer mediante escáneres cerebrales (PET), a la vez que siguieron la evolución cognitiva de los participantes durante una media de nueve años.
Los resultados destacaron que quienes caminaban de 3.000 a 5.000 pasos diarios retrasaron la aparición de síntomas en un promedio de tres años, mientras que los que alcanzaban entre 5.000 y 7.500 pasos lograron ralentizarlo hasta siete años de diferencia, mientras que las personas sedentarias mostraron un aumento más rápido de proteínas tóxicas y un mayor deterioro cognitivo.
“Estos datos ayudan a explicar por qué algunas personas con riesgo de alzhéimer no evolucionan tan rápido como otras”, explica Jasmeer Chhatwal, neurólogo y autor principal, quien añade: “Los factores de estilo de vida pueden influir en las etapas más tempranas de la enfermedad”.yCnaGg
El beneficio de la actividad física se asoció principalmente con un ritmo más lento de acumulación de tau, la proteína que daña las neuronas y, según los autores, mantenerse activo no solo fortalece el cuerpo, sino también el cerebro. “Cada paso cuenta, incluso, pequeños aumentos en la actividad diaria pueden generar beneficios duraderos”, señaló la neuróloga Wendy Yau.