Y un dato no menor: el contexto en que aparece el agua importa. No es lo mismo ver una pileta vacía que nadar feliz en el mar. Lo primero puede hablar de falta emocional o estancamiento; lo segundo, de libertad y fluidez. Como siempre en los sueños, los detalles hacen la diferencia.
¿Y si el agua te cubre completamente?
Cuando soñás que el agua te cubre por completo —como si estuvieras ahogándote—, puede estar relacionado con un momento de saturación emocional. Tal vez estés cargando con más responsabilidades de las que podés manejar o atravesando una etapa donde sentís que todo te sobrepasa. Este tipo de sueño es una alerta clara de que necesitás parar, tomar aire y reencontrarte con tu eje emocional.
Por el contrario, soñar que te sumergís en el agua voluntariamente y nadás sin miedo puede tener un significado muy positivo. Refleja una actitud abierta ante los cambios, la disposición a explorar tu mundo interior y una conexión profunda con tus emociones. Es una imagen poderosa de introspección y crecimiento personal.
FUENTE: A24