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La alimentación podría ayudar a combatir la depresión

Existen investigaciones que afirman que hay un vínculo entre lo que comemos y cómo nos sentimos.

La depresión es la principal causa a nivel mundial de discapacidad que contribuye a aumentar la carga mundial general de morbilidad. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), este trastorno mental afecta a cerca del 5% de las personas adultas en todo el mundo, y es uno de los factores de riesgo más significativo para el suicidio.

En una investigación de la Universidad de Tecnología en Sydney (Australia), detectaron que varios jóvenes de entre 18 y 25 años con síntomas de depresión y una dieta deficiente mejoraron significativamente después de cambiar sus pautas de alimentación hacia una dieta mediterránea saludable, según se publica en la revista The American Journal of Clinical Nutrition.

Diferentes estudios indican que en los países mediterráneos, las personas sufren menos enfermedades cardiovasculares que en los occidentales. Esto sucede por los nutrientes que contienen sus recetas, en las que se destacan los cereales y vegetales como base de los platos, la carne como guarnición y la riqueza de los micronutrientes como verduras y condimentos. Además del consumo de agua como infusión principal. Ahora se suma un beneficio para el aspecto mental.

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La alimentación está relacionada con la salud mental

El estudio contribuye al campo emergente de la psiquiatría nutricional, cuyo objetivo es explorar el efecto que ciertos nutrientes, alimentos y patrones dietéticos pueden tener en la salud mental.

“Sabemos que los hombres jóvenes con afecciones de salud mental son mucho menos propensos a buscar ayuda profesional: solo el 13 por ciento realmente busca ayuda”, destaca la investigadora principal, Jessica Bayes, que señala que la evidencia en torno a cambiar la dieta podría ser un primer paso “poderoso y fácil” para ayudar con la depresión.

El objetivo principal era aumentar la calidad de la dieta con alimentos integrales frescos y reducir la ingesta de alimentos “rápidos”, azúcar y carne roja procesada”, reconoce Bayes.

“Nos sorprendió lo dispuestos que estaban los jóvenes a seguir una nueva dieta. Los asignados a la dieta mediterránea fueron capaces de cambiar significativamente sus dietas originales bajo la guía de un nutricionista en un corto período de tiempo”, revela la experta en nutrición y coaching de vida y bienestar que asegura que este trabajo, sugiere que los médicos y psicólogos deberían considerar la posibilidad de remitir a los jóvenes deprimidos a un nutricionista o dietista como un componente importante del tratamiento de la depresión clínica.

“Hay muchas razones por las que científicamente pensamos que la comida afecta al estado de ánimo. Por ejemplo, alrededor del 90% de la serotonina, una sustancia química que nos ayuda a sentirnos felices, es producida en nuestro intestino por nuestros microbios intestinales. Cada vez hay más pruebas de que estos microbios pueden comunicarse con el cerebro a través del nervio vago, en lo que se llama el eje intestino-cerebro”, describe.

Después de llevar a cabo el ensayo, la mayoría de los participantes siguió el programa de alimentación “y muchos estaban ansiosos por continuar con la dieta una vez que finalizó el estudio”, concluye.

FUENTE: TN