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La alumna que fue atacada con un semicírculo perdió el 50% de visión de su ojo sano

Florencia Merino vive nuevamente una pesadilla tras 10 años de haber sido víctima de una agresión en su colegio.

Facebook, nuevamente fue la red social que usó la familia de una exalumna de un colegio privado, que sufrió una agresión dentro del aula y perdió la vista de su ojo. Se trata de Florencia Merino (23), que tras 10 años de aquel ataque de una compañera, se encuentra atravesando un momento muy difícil.

sanjuan8.com habló con Fernando Merino, padre de la joven, y contó que Florencia perdió el 50% de la visión de su ojo sano. El hombre ,en diálogo con este diario, reveló que acompañó a su hija al control oftalmológico y fue testigo cuando el profesional le informó que su ojo sano había sufrido los daños colaterales del daño total del ojo derecho.

“La verdad genera mucha bronca y saber que no hay equilibrio en la vida de mi hija es muy doloroso”, dijo Merino mientras recordaba que hace 10 años fue el ataque en el interior de un aula del colegio Dante Alighieri.

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Florencia Merino, víctima de una situación de bullying que terminó con una agresión que la hizo perder la visión de su ojo derecho, está a un paso de recibirse de abogada y tiempo atrás en una nota con sanjuan8.com contó que su objetivo era trabajar con niños, niñas y adolescentes que sufran agresión escolar.

Mi hija me dijo que no disfruta de la vida y eso me ha generado un gran dolor

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La nota del caso de Florencia

La siesta del 1 de agosto de 2013, en el aula de segundo año de la división A, del colegio Dante Aligheri, Florencia nuevamente fue agredida de manera física por una compañera que la acosaba desde hacía tiempo. Cerca de las 16 horas, esa adolescente que antes le había cortado el pelo y empujado de las escaleras le arrojó un transportador que golpeó de lleno su ojo derecho y cambió para siempre la vida de Flor y de su familia.

“Recuerdo todo lo que pasó aquella tarde, pero tengo flash back. Por momentos olvido algo, pero luego lo recuerdo. Fue un día muy difícil, eterno. Recuerdo a los médicos, la operación ver a mi familia llorar”, relata tranquila junto a su padre que por momentos se emociona y deja a la luz, el dolor de tener a una hija que sufrió bullying.

Actualmente Florencia estudia abogacía en la Universidad Nacional de San Juan y entre pregunta y pregunta cuenta que ese grave episodio hizo paradójicamente que encuentre su vocación en las leyes. “Antes de ese golpe quería estudiar medicina como mi abuelo, pero desde ese día no soporto los vacíos legales ni las injusticia y hoy estoy en una carrera hermosa”, añade mientras aclara que era una chica tranquila y que no se defendía para no generar problemas en el ambiente.

Aunque antes de ese 1 de agosto pudo poner en palabras que era acosada y golpeada por una compañera que además se burlaba constantemente de ella. “Tenía confianza plena con mis padres, pero fui discreta en decirles que tenía una compañera que me molestaba. Aunque mis padres ya habían hablado con su familia y no pasó nada”, detalla a la perfección mientras Fernando agrega que tuvo la oportunidad de charlar en buenos términos con la madre de la agresora, pero negó que su hija fuera una adolescente conflictiva.

Respecto a las secuelas que le dejó aquella agresión, especificó que en el plano familiar aun ve la melancolía que manejan sus padres. “Cuando pienso en ese día me enojo porque para ella fue solo un mal trago, un mal año. Pero para mí fue un mal trago para toda la vida. Físicamente me condicionó a ver con un solo ojo y hoy tengo que explotar mi ojo izquierdo y mi visión se va deteriorando por el sobreesfuerzo que hago a diario”, finalizó.