Al domicilio se trasladó personal de Policía Científica, efectivos de la Brigada de Investigaciones y funcionarios de la UFI, quienes entrevistaron a la madre del menor, identificada como Adriana Rosa Martínez, y a un tío.
Ambos explicaron que el niño padecía encefalopatía crónica severa, una enfermedad neurológica que le provocaba serias secuelas: retraso madurativo, ceguera, imposibilidad de caminar, entre otras. Estaba bajo seguimiento médico y contaba con certificado de discapacidad y documentación médica, la cual fue entregada a los investigadores.
El menor fue evaluado también por un médico legista, quien confirmó que el cuerpo no presentaba lesiones físicas externas. Se constató hipotrofia de los cuatro miembros, colocación de suero y vía venosa periférica en el antebrazo derecho.
Por disposición judicial, se ordenó el levantamiento del cuerpo y su traslado a la Morgue Judicial para la realización de la autopsia, con el fin de esclarecer fehacientemente las causas del deceso.