La operación se realizó el 10 de febrero en un sanatorio privado. Babsia relató que la cirugía duró cerca de una hora y se desarrolló con una técnica habitual. No obstante, durante el procedimiento se presentaron complicaciones por sangrado en ambas amígdalas.
“Cautericé las arterias, pero el sangrado continuaba. Finalmente se detuvo y comenzamos a despertarla”, explicó el profesional durante el juicio.
Luego de la cirugía, el médico indicó a Julieta y a su madre que debía guardar reposo absoluto y seguir una dieta fría para evitar cualquier daño en la zona intervenida. Sin embargo, el viernes posterior a la operación, la joven presentó un nuevo episodio de sangrado, por lo que fue atendida nuevamente.
Según Babsia, en esa revisión Julieta estaba consciente y sin sangrado activo, aunque presentaba el desprendimiento de una costra. Fue derivada al Hospital Marcial Quiroga y luego al Rawson. A pesar del seguimiento médico, el domingo su estado se agravó y debió ser operada de urgencia, falleciendo poco después.