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En un giro inesperado, Moya habló: "Él venía a pegarme por eso agarré el cuchillo y lo lastimé"

La mujer acusada de matar a su marido reveló que, con Alfredo Turcumán, tenían una relación conflictiva. "Un día hizo marcha atrás con el auto y me lastimó las piernas", relató.

/// Por María Eugenia Vega

Había llegado sigilosa y con los ojos llenos de lágrimas, sólo se animó a decir que después del juicio iba a hacer una declaración a los medios. Estaba previsto que en el primer día de juicio por la muerte de su marido Alfredo Turcumán, Claudia Antonella Moya se llamara a silencio ante el tribunal de la sala III, presidido por Eugenio Barbera, Maximiliano Blejman y Ernesto Kerman. Pero la lectura de la instrucción, donde detallaron el listado de pruebas y adelantaron el testimonio de la batería que se espera a lo largo de estos días, complicó mucho la situación de la imputada. Entonces, su defensa le recomendó a la joven que hable sobre el calvario que ella vivía en medio de una relación enfermiza y tortuosa. Al menos esa es la estrategia que encara la parte acusada. "Alfredo me agredió y me atropelló con el auto cuando hizo marcha atrás; me lastimó las piernas", relató ante los camaristas que escucharon atentamente su versión. "Él tenía celos. Me agarró de los pelos cuando llegamos a la casa, en la cocina, junto al portón de ingreso. Me levanto y lo empujo contra el portón. Venía a pegarme y yo agarré el cuchillo que estaba arriba de la mesa porque se me venía encima. Yo creí que lo había lastimado en el hombro", relató.Luego de este testimonio, se vendrá la inspección ocular en la escena del crimen.

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Tal como lo había adelantado sanjuan8.com, la posición de Claudia Moya en este proceso definitorio para su futuro, será marcado por la historia de maltratos y golpes que es de público conocimiento y que consta clara y detalladamente en el expediente. Por eso, Claudia decidió relatar algunos de los puntos que podrían "ablandar el corazón" de los magistrados, quienes escucharon durante más de una hora la reflexión que hizo el juez Benedicto Correa durante la instrucción de primera instancia. Fue concluyente, en todo momento, que la relación era extremadamente violenta y que ambos aparecían en público (en reiteradas oportunidades) con hematomas y marcas en su cuerpo y rostro. Sobre esto, Moya admitió que "tenían un relación muy conflictiva y que sufrían problemas económicos. Parte del relato de la agresora fue el siguiente:" El 31 de julio del 2016, llevábamos 1 mes de casados, fue la primera discusión. Mi hija tenía 7 años y fue a la Policía porque él me había golpeado", Moya siguió declarando que los efectivos de la seccional 3era de Trinidad se lo llevaron preso ese día, pero que ella no quiso denunciarlo y por eso quedó libre. Luego contó lo que ya había adelantado su madre en una entrevista exclusiva para sanjuan8.com "me agredió y me atropelló. Hizo marcha atrás con el auto estacionado en mi casa y me lastimó las piernas".


Más tarde, aprovechó para hablar sobre la razón de su ira, el día que agredió a su marido; se había enterado que no había ido a trabajar, que Alfredo le había mentido diciéndole que estaba en el trabajo (mediante mensajes de texto), pero que ella no sabía que estaba con su hija. Esta aclaración fue realizada por Claudia, ya que el testimonio de uno de los testigos manifestó que "ella le hacía escándalos cuando se enteraba que Alfredo veía a su nena (la hija de Turcumán, de la primera relación) y por eso lo hacía a escondidas. Es que ese día que ocurrió el hecho, Alfredo y Claudia habían estado cruzando mensajes agresivos, porque ella se había enterado que le estaba mintiendo con relación al sitio donde supuestamente estaba. El tribunal aprovechó la oportunidad para releerle los mensajes: "Llegas y se va a armar quilombo. ¿Acaso si pasan muchos días extrañás los golpes? ¿O sos pelotudo?", le escribió ella, según las pericias que afloraron de su celular. Esa mañana Alfredo le cruzó un mensaje donde expresaba su intención de terminar la relación. "No quiero hacerte más daño. Ni física, ni mentalmente". Ese habría sido "el inicio del fin de su vida", ya que por ese episodio estuvieron peleándose y golpeándose durante el día. Fue la nena de Claudia, la testigo ocular de la última pelea. Luego de haber cenado junto al padre de Alfredo y a su hermana Luján, volvieron en el auto golpeándose y ese episodio fue relatado por la menor. Después, cuando llegaron a su casa, el joven acostó a las hijas de Claudia y minutos después el desenlace.

Consta en el expediente que la agresión se produjo cuando ellos estaban enfrentados, cara a cara, parados. Que ella agarró un cuchillo de 11cm de largo con mango de madera y le asestó tres puntazos en el tórax; uno de ellos en la región intercostal que terminó por agravar su situación, ya que hirió su corazón. Luego, Alfredo tomó el teléfono y llamó al 911, pero algo ocurrió porque (en la grabación se escucha) el joven comenzó a pedirle "por favor" a su mujer, que lo dejara. También se escucharon gritos de ella "Alfredo! ¡Golpeador hijo de puta, la puta que te parió". Para el juez, eso fue sólo una pantomima montada por Moya, ya que se presume que a esa altura él estaba gravemente herido. Además no tuvo signos de defensa, por lo que se estima que su estado fue de total indefensión. Este último punto fue corroborado por el informe de Criminalística que examinó la escena del crimen. Si bien, se espera que después del relato de la joven haya una reconstrucción del hecho en la escena del crimen, estima que se dará en las próximas horas, después de un cuarto intermedio.

Lo que dijo sobre la noche que agredió de muerte a Turcumán

"La noche del 13 de junio fuimos a cenar a la casa de la hermana de Alfredo. Yo necesitaba irme temprano. Cuando subimos al auto, empezamos a discutir. Él tenía celos. Me agarró de los pelos cuando llegamos a la casa, en la cocina, junto al portón de ingreso. Me levanto y lo empujo contra el portón. Venía a pegarme y yo agarré el cuchillo que estaba arriba de la mesa porque se me venía encima. Yo creí que lo había lastimado en el hombro. Me fui al dormitorio con las nenas. El viene con el teléfono en la mano y se desvanece en la esquina de la cama. Veo que se pone amarillo. Ahí empiezo a hablar con la operadora. Le dije que fue un accidente porque quería que llegara la ambulancia. Mientras hablaba llega mi vecino y me quita el teléfono y le hizo primeros auxilios. Salgo y justo va pasando un patrullero. Ellos entraron y en eso llegó la ambulancia. Vuelvo a mentir porque quería ir con Alfredo al hospital. Cuando llegamos nos dijeron que le habían hecho dos puntos y que iba a estar bien. Un camillero nos dice que no estaba bien. Lo operaron tres horas después. Alfredo tenía hematomas que no fueron producto de la pelea cuando lo vi internado".




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