Bokalic Iglic y Rossi, junto a Víctor “Tucho” Fernández y Mario Poli, son los cuatro cardenales argentinos que participarán del cónclave para elegir al sucesor de Francisco, y también pueden ser votados. Ambos participarán del cónclave para elegir al próximo líder de la Iglesia Católica.
Acerca del rumbo que tomará la institución tras el fallecimiento de Francisco, Bokalic Iglic señaló: “Lo que nos ha dejado el papa Francisco es muy clarito hacia donde queremos caminar. Y lo que quizás el mundo espera hoy día. Es esta cercanía que espontáneamente la gente lo aplaudió, este llevar el Evangelio a las periferias, estar cerca de la gente", remarcó.
Rossi destacó la capacidad de Francisco para convocar a fieles de todo el mundo alrededor de un mensaje donde “cómo la bondad y el nombre de Dios puede aglutinar al mundo entero”. “En esta misa me acordaba su presencia en un cuartito al lado del patio, allá en la iglesia del convento de la compañía. Totalmente anónimo, y de golpe ver esto... Hay una especie de contraste casi lógico”.
“Qué locura esto del evangelio, la fuerza de quien se animó a vivir el Evangelio desde una imagen casi del pesebre. Esto es todo una manifestación del pueblo”, continuó.
El cardenal cordobés subrayó también que el aplauso más fuerte de la ceremonia “se lo llevó la necesidad de la paz”, lo que, según su visión, “reflejó el corazón del Papa, especialmente en estos últimos tiempos”.
Bokalic, quien fue ungido como cardenal en octubre pasado por Francisco, sostuvo además que la Iglesia enfrenta ahora el desafío de preservar la cercanía y el enfoque hacia las periferias que el pontífice predicó. “No en aquel que va a suceder a Francisco entra su talante, sus características, sino en esta cosa del Evangelio que ha marcado profundamente esta etapa”, explicó, añadiendo que espera que el próximo papa mantenga ese rumbo pastoral.
Ante la designación del próximo Papa, Rossi afirmó sentir una “sana esperanza” entre los cardenales, a pesar de las tensiones naturales dentro de la Iglesia. “Estas cosas las maneja Dios”, expresó. “Aún en medio de nuestras humanidades, la certeza de, que por encima de todo-continuó-, Dios señorea estas cosas por encima de nuestras virtudes y de nuestras miserias”.