La Organización Mundial de la Salud (OMS) aclaró que no existe evidencia científica consistente que vincule al paracetamol con el autismo.
Tarik Jasarevic, vocero de la OMS, aseguró este martes que aunque "ha habido algunos estudios observacionales que han sugerido una posible asociación entre la exposición prenatal al acetaminofén o paracetamol y el autismo, pero la evidencia sigue siendo inconsistente" al respecto.
En este sentido, agregó que "varios estudios realizados posteriormente no han encontrado tal relación". Por ello, remarcó que "si el vínculo fuera fuerte, probablemente se habría observado de manera consistente en múltiples estudios", algo que no sucedió.
No obstante, el portavoz indicó que la toma de cualquier medicamento, en particular por parte de una mujer embarazada, debe hacerse bajo la supervisión de médicos o trabajadores de la salud, quienes pueden evaluar las circunstancias individuales y recomendar los productos necesarios
La psiquiatra infantojuvenil Alexia Rattazzi subrayó que los resultados son “no concluyentes” y recomendó usar el medicamento sólo cuando sea necesario y en la dosis mínima.
Por su parte, el neurólogo infantil Gustavo Agon, de la Fundación Argentina por los Derechos TEA, afirmó: “No está probado que el paracetamol en el embarazo cause autismo. Siempre es importante consultar al médico, pero no hay que alarmarse. Los estudios más robustos descartan esa relación”.
En paralelo, Trump mencionó la leucovorina (ácido folínico), una forma de vitamina B9, como supuesto tratamiento para el autismo. Si bien algunos estudios muestran mejoras en comunicación e interacción social en un grupo reducido de personas con alteraciones en el metabolismo del folato, los especialistas advierten que no es un tratamiento estándar y solo tendría efectos positivos en casos muy específicos.
Lo que sí se sabe sobre el autismo
La ciencia coincide en que el autismo tiene múltiples causas, principalmente genéticas y ambientales, y que no existe un único factor desencadenante. Entre los riesgos identificados se incluyen factores genéticos (como el síndrome de X frágil) y ambientales (edad de los padres, complicaciones en el parto, déficit de vitamina D, entre otros).
Los especialistas remarcan que las vacunas no provocan autismo, desmontando nuevamente un mito recurrente en los discursos antivacunas. Numerosos estudios internacionales lo han confirmado.
La advertencia de la OMS sobre las vacunas
Además, la OMS rechazó la sugerencia de Trump de espaciar las dosis del calendario infantil. El organismo recordó que los esquemas actuales se basan en evaluaciones científicas que permitieron salvar más de 154 millones de vidas en los últimos 50 años. Alterarlos sin respaldo médico aumenta el riesgo de brotes de enfermedades graves.