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La angustia de Mollo al recordar cuando encontró muerto a Luca Prodan

El cantante de Divididos contó cómo fue ese dramático momento del 22 de diciembre de 1987 cuando ingresó a la vivienda de Luca Prodan y lo encontró sin vida.

Ricardo Mollo brindó un fuerte testimonio sobre el día que murió Luca Prodan y él fue una de las personas que ingresó a la vivienda de San Telmo y encontró el cuerpo sin vida del cantante.

En una entrevista para el ciclo Perros de calle, el músico de Divididos recordó con mucha angustia cómo fue ese momento en la noche del 22 de diciembre de 1987.

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Creo que fue una de las cosas más dolorosas que me pasaron. No pude decirle al cuerpo ‘quedate tranquilo’”, mencionó Mollo con su voz entrecortada.

Luca tenía 34 años en pleno éxito de Sumo y vivía en San Telmo. “Se precipitó todo muy rápido”, aseguró Ricardo. El músico encontró el cuerpo de Prodan sin vida al llegar a la vivienda junto a Timmy McKern, el mánager de la banda.

“Llegamos a la casa y yo lo levanté, estaba la mitad del cuerpo en el colchón y la otra mitad en el suelo. Dormía en el piso de un colchón. Entonces, lo levanté, ya frío, el cuerpo duro, lo acomodé arriba del colchón”, comentó el marido de Natalia Oreiro.

Ricardo Mollo contó que llegaron incluso antes que la policía al lugar y explicó: “Y estaba tan frío que le apoyé mis manos en el pecho para calentarlo. Fue muy fuerte, muy fuerte. Lo que había quedado de él porque ese tipo ya no estaba ahí, no estaba”.

Y reveló qué lo hacía acordar a Luca tras esa dolorosa experiencia: “Sentía el olor a jazmines, que era el olor que había en la habitación. Cuando me iba a un campo y caminaba solo por ahí, de pronto venía ese pensamiento y sentía el olor a jazmines”.

Los excesos y la muerte de Luca Prodan

El objetivo inicial de Luca Prodan de escapar de la adicción a la heroína simplemente derivó en el reemplazo de esa sustancia por el alcohol, por lo que sus días estaban contados.

Finalmente, una avanzada cirrosis terminó con la vida de Luca en la madrugada del 22 de diciembre de 1987, mientras dormía en su casa ubicada en el barrio porteño de San Telmo.

Para ese momento, el cosmopolita personaje que nada sabía de la Argentina y sus costumbres, y que había puesto al día a los artistas locales de las tendencias en otros lugares del mundo, ya se había convertido en un porteño de pura cepa.

La prueba cabal de esto es la canción “Mañana en el Abasto”, grabada en “After Chabón”, último disco de la banda, una verdadera postal de la tradicional zona de Buenos Aires tan cara para los tangueros, que ni el más acérrimo porteño fue capaz de escribir.

FUENTE: PrimiciasYa