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El caso Claudia Moya llegó a la Corte y podría resolver dejarla libre por legítima defensa

Luego de que la sala III de la Cámara Penal resolviera condenar a Moya con una pena de 15 años de prisión por matar a su marido Alfredo Turcumán, la defensa jugó una nueva carta. Solicitó a Casación que revean el fallo y tuvo luz verde. La Justicia podría dar lugar a un análisis del fallo para definir su destino.

///Por María Eugenia Vega

Un giro inesperado tras el juicio oral que condenó a Claudia Antonella Moya a una pena de 15 años de prisión por matar a su marido Alfredo Turcumán. La Corte de Justicia podría dar lugar a la revisión del fallo que fue pronunciado el 9 de agosto pasado por la Sala III. Así lo solicitó la Cámara de Casaciones tras darle la admisión al pedido de la defensa, que apeló lo dicho por Eugenio Barbera, Maximiliano Blejman y Ernesto Kerman. Si la Corte decide en estos meses darle lugar a un análisis pormenorizado del fallo, iniciará un camino, que podría tardar al menos un año en recorrerse; si en se tiempo le da la razón a la solicitud argumentada por la defensa, Moya quedaría libre por considerarse un homicidio producido en legítima defensa.

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Era una de las opciones que tuvo la parte defensora, representada por Carlos Reiloba, solicitar en el juicio que se le conceda la absolución por actuar en legítima defensa, pero su argumento se versó en el contexto dañino y "entrampado", que lo inclinaba un poco más a la atenuación del homicidio agravados por las circunstancias extraordinarias. Precisamente, este último punto fue el analizado por la sala quien falló de manera unánime por los 15 años, después de haber tenido algunas controversias mínimas con respecto a los años, para nada representativas. Finalmente decidieron condenar a la joven en esos términos.

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Una vez expuestos los fundamentos de la sentencia, el defensor oficial Lisandro Zapata, quien subrogó a Reiloba por una licencia, interpuso en tiempo y forma un recurso de casación, para que el fallo sea revisado por comprender que existió una legítima defensa en la acción de Claudia. Si este punto argumentado es considerado positivamente por la Corte de Justicia, y decide darle lugar al análisis del caso, la joven quedaría a un sólo paso de recuperar la libertad, por defensa propia, según lo que se establece el artículo 34 del Código Penal.

Ahora, la Corte de Justicia deberá decidir si estudia o no punto por punto todo lo trabajado en el juicio y definir si deja firme el fallo pronunciado por los camaristas o si lo revoca y deja libre a Claudia.

Legítima defensa excesiva

La otra opción de Moya, por las circunstancias en las que se produjo el hecho pone su foco en la legítima defensa excesiva, que comprende una pena mínima 1 a 5 años, por considerar que es un homicidio culposo, sin dolo, es decir sin intención. En ese otro caso, también pudo haber recuperado su libertad.

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Sobre la legítima defensa excesiva, el artículo 35 del Código penal, dice que "el que hubiere excedido los límites impuestos por la ley, por la autoridad o por la necesidad, será castigado con la pena fijada para el delito por culpa o imprudencia".

En el caso de Claudia Moya, la solicitud está basada por la absolución por considerar que el hecho se produjo por la mera defensa propia de la joven ante un posible ataque de Alfredo Turcumán. La joven manifestó que agarró el cuchillo que estaba en la mesa y que se lo clavó con la intención de lastimarlo y que se alejara de ella, porque él intentó golpearla. Entonces, en su estado de indefensión producto del embarazo, reaccionó. La Corte deberá estudiar punto por punto para definir el destino de Moya.

Lo que pasó en el juicio

Los primeros en tomar la palabra fueron los fiscales. Ambos se tomaron su tiempo para mostrar el arduo trabajo que realizaron para analizar la veintena de testimonios que desfilaron ante los jueces Eugenio Barbera, Maximiliano Blejman y Ernesto Kerman. En este sentido y tomando la palabra, la fiscal que acompañó el proceso, Claudia Salica, manifestó: "Hemos escuchado la versión de Moya. Ella manifestó que fueron al psiquiatra, dijo que lo habían medicado con clonazepam, pero no fue así. Agregó que agarró el cuchillo para asustarlo y que se le fue encima, pero no manifestó cómo se le fue encima. Moya manifestó que le mintió al 911, a los médicos y a la familia, sobre lo que había pasado para estar cerca de su marido. Ella no estableció cómo estaba el cuchillo. Esta versión la dio después de haber hablado con Del Giúdice (médico psiquiatra). Entonces, fue moldeando la estrategia defensiva mientras iba escuchando la prueba. Moya dijo que le asestó un puntazo y fueron tres. Si ella hubiese dicho la verdad sobre la gravedad del hecho, el médico no se hubiera demorado una hora en llegar". En tanto, Mallea remató: "Me remito al informe de psicología donde concluyen que no tiene perturbación patológicas ni ideas delirantes, pero que sí infirió carencias afectivas que pudo metabolizar recursos para enfrentarlas. Más concretamente dijo que es una persona buena y sana mentalmente. Lo que lleva a afirmar a esta Fiscalía que la señora tuvo conciencia plena de lo que hizo el día del hecho. El homicidio quedó probado. Entre tanta coincidencia de testimonios ¿Hubo confabulación entre testigos? Si todos dan cuenta de las agresiones de Moya. Hay testigos que son conducentes y determinantes, sus exparejas. Ruarte, Olmedo y Guevara (amante)". Finalmente, lanzó: "Acá hubo un homicidio agravado por el vínculo con dolo directo. Un puntazo letal en zona vital".

La querella también hizo hincapié en lo mismo. La agresividad de Moya, las mentiras, los maltratos hacia Alfredo, las amenazas constantes, los golpes e insultos que le propinaba y los testimonios que la muestran como una persona violenta, manipuladora y frívola. Tomando como base las manifestaciones que hizo la madre y la hermana de Alfredo, las exparejas que confirmaron que ella habia tenido reacciones violentas y remarcando algunos datos periciales, el abogado Mario Padilla solicitó la máxima pena para la acusada.

Por último: el punto que marcó el defensor de Claudia Moya, Carlos Reiloba, de atenuar la pena del homicidio, no es bien visto por la Fiscalía. Precisamente, Eduardo Mallea, le dijo a sanjuan8.com "si se puede una cosa hay que fundamentarlo y si se pide otra también, pero nunca las dos". Es que no es habitual que haya un pedido doble en torno a los alegatos. En este caso, lo que se está solicitando es "o que se la deje libre de culpa y cargo o que se la condene a 8 años". Este homicidio agravado por el vínculo atenuado por las circunstancias extraordinarias tiene que ver con esa relación que, según lo alegó la defensa fue "una trampa" para ambos. "Ellos estaban entrampados", relataba Reiloba, echándole cargas a Turcumán porque "él sabía que se tenía que ir y en vez de hacerlo, siempre volvía". Es la primera vez que se coloca a la víctima en el lugar del victimario dejando ver que la responsabilidad de lo ocurrido fue de Turcumán y no de Moya, que actuó en consecuencia de la "impulsividad" a la que hizo alusión el psiquiatra Olmedo. "El profesional dijo que Turcumán fue a verlo con tan altos niveles de impulsividad, que tuve que medicarlo porque de lo contrario se mataba". En tanto, la larga exposición de la defensa (que fue reconocida por el fiscal Mallea, quien dijo que poseía un gran esfuerzo intelectual) apuntó a tres bases: el contexto en el que se produjeron los hechos, los intentos de la parte acusadora por "demonizar" a Claudia Moya y la demostración de la actuación defensiva de la joven. Además, puso en dudas los dichos de la expareja de Claudia, Julio Olmedo, quien la dejó embarazada teniendo ella 14 años. También, manifestó su descalificación por el testimonio del compañero de trabajo de Alfredo, porque sus palabras fueron lo más parecido a un análisis psiquiátrico: "Cuando se le preguntó como era Alfredo, él respondió que no era impulsivo. Nadie responde cómo no es una persona, más bien uno responde como es. Sin embargo, esto contradice lo que dijo el medico de Alfredo, quien habló de la impulsividad extrema".