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Italia: Giorgia Meloni logró histórico triunfo y la ultraderecha gobernará el país

La candidata de la alianza de ultraderecha se convertirá en la primera mujer en ser premier del país. Formará gobierno junto a la Liga, de Matteo Salvini y Forza Italia, de Silvio Berlusconi.

La neofascista Giorgia Meloni, líder del soberanista Hermanos de Italia, se imponía esta noche con claridad en las elecciones para renovar el Parlamento y conseguiría la mayoría legislativa para formar un nuevo Gobierno junto a sus socios de la Liga y Fuerza Italia, según las primeras encuestas a boca de urna, tras unas elecciones con la participación más baja de la democracia.

La alianza de derecha conseguía según los primeros sondeos más del 40% de los votos y superaba el 50% de las 400 bancas de Diputados y 200 del Senado en juego, lo que dejaría a Meloni a un paso de poder convertirse en la primera mujer premier de la historia del país, tras una campaña basada en el rechazo a la inmigración, políticas más duras frente a Europa y promesas de menor presión fiscal.

En su primer breve discurso tras su histórico triunfo, la líder del partido Hermanos de Italia celebró el resultado sin precedentes obtenido e intentó tranquilizar a los sectores que no la votaron.

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"No somos un punto de llegada, sino de partida. (...) Italia nos ha elegido y no la traicionaremos (...) gobernaremos para todos", dijo y agregó que "los italianos han enviado un mensaje claro de apoyo a un gobierno de derecha encabezado por Hermanos de Italia".

La formación posfascista supera ampliamente a sus aliados de extrema derecha de La Liga de Matteo Salvini (8,5-12,5%) y Forza Italia (6-8%) del magnate conservador Silvio Berlusconi.

Por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial una formación neofascista va a gobernar Italia gracias a que se presentó con una coalición de derechas que obtendría en total entre el 36,5% y el 46,5% de los votos.

"Tenemos una clara ventaja tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado", se regocijó en Twitter Salvini.

El Partido Democrático (PD), principal partido de la izquierda, no consiguió movilizar al electorado para frenar el avance de la ultraderecha y tuvo que conformarse con una cifra que oscila entre el 17% y el 21%.

Los antisistema del Movimiento 5 Estrellas (M5E) obtuvieron entre el 13,5% y el 17,5% de los votos, por debajo de su histórico puntaje de más del 30% logrado en 2018, pero mejor de lo estimado en las encuestas.

Así, la derecha tendría entre 227 y 257 bancas en Diputados, la centroziquierda entre 78 y 98 y el Cinco Estrellas de 36 a 56, a la espera de ver la distribución de los votos.

De acuerdo a las encuestas de YouTrend divulgadas en SKyTg24, la derecha llegaría a 228 bancas en Diputados y la centroizquierda a 95, con 47 del Cinco Estrellas.

Para YouTrend, en el Senado, la centroderecha alcanzaría 115 bancas, la centroizquierda 44 y el Cinco Estrellas 24.

La participación más baja desde 1948

Meloni, romana de 45 años, deberá ahora cerrar el apoyo de sus socios para garantizar la unidad del espacio al presidente Sergio Mattarella y mostrarse como una opción de Gobierno estable para los próximos cinco años, la duración del Parlamento elegido hoy. Una vez que se complete el procedimiento de formación del nuevo Ejecutivo, durante el que el mandatario tiene un rol clave, el nuevo Gobierno deberá presentarse en el Parlamento a conseguir el voto de confianza de la mitad más uno de los miembros de cada Cámara.

En las últimas semanas, los socios de la coalición de derecha habían mostrado contrapuntos por el método que elegirían para formar el Gabinete en caso de llegar al Gobierno, y este domingo el líder de la Liga Matteo Salvini dio un paso en esa dirección al asegurar que tiene "al equipo en la cabeza".

En un marco de apatía generalizada tras la campaña que atravesó todo el verano, y luego de 16 horas de votación, el ministerio del Interior informó al cierre de las urnas una afluencia menor al 70%, el dato más bajo desde 1948, cuando se hicieron las primeras elecciones de la República, y por primera vez por debajo del piso del 70%.

La alianza de derechas y extrema derecha, integrada por Hermanos de Italia, la formación antiinmigración Liga, de Matteo Salvini; y los conservadores de Forza Italia, de Silvio Berlusconi, obtendría un 47,2%, según los últimos sondeos, del 9 de septiembre.

"Estoy impaciente de volver mañana al gobierno de este país extraordinario", comentó Salvini, conocido por su política de mano dura contra los migrantes cuando era ministro de Interior, entre 2018 y 2019.

"En Europa temen que yo gobierne (...) Se acabó la fiesta. Italia va a comenzar a defender sus propios intereses nacionales", advirtió Meloni con su conocido tono decidido durante la campaña.

A pesar de que Meloni ha tomado distancia de sus orígenes políticos y en un video divulgado en varios idiomas confirmó su compromiso con la democracia, las libertades y la Unión Europea, y de que aseguró que la derecha relegó el fascismo a la historia, muchos temen que se propague un nuevo populismo en todo el Viejo Continente.

El modelo es el del nacionalista húngaro Viktor Orban, enemigo acérrimo de la inmigración e inclinado a endurecer las medidas para acceder al aborto.

Por su parte, la izquierda moderada liderada por Letta, quien no logró una amplia coalición de izquierdas ni sellar un acuerdo con el Movimiento 5 Estrellas (M5E), pactó solo una alianza con un pequeño sector de la izquierda ecologista, por lo que obtendría menos del 25%.

Letta se ha enfrentado a Meloni presentándose como un socialdemócrata europeísta que batalla contra una ultraderechista nacionalista.

Ascenso

El vertiginoso ascenso de Meloni se debe en buena parte a que fue la única que se opuso por 18 meses al gobierno saliente del economista Mario Draghi, lo que le ha favorecido para recoger el descontento de los italianos ante la inflación, la guerra y las restricciones por la pandemia.

La formación fundada a finales de 2012 con ex simpatizantes de Berlusconi y figuras de la derecha neofascista superó al Partido Democrático (PD) de Enrico Letta, que pactó solo una alianza con un pequeño sector de la izquierda ecologista.

La líder posfascista, de 45 años, admiradora durante su juventud de Benito Mussolini, conocida por su lenguaje directo y eficaz desde sus años de líder estudiantil en Roma, podría convertirse también en la primera mujer que llega a la jefatura de gobierno en Italia.

Junto con sus aliados promete recortes de impuestos, el bloqueo de los inmigrantes que cruzan el Mediterráneo, así como una ambiciosa política familiar para impulsar la tasa de natalidad de uno de los países con más ancianos en el mundo.