/// Por María Eugenia Vega
Se sabe que el bebé que apareció en el interior de un baldo de 20 litros de una vivienda de Santa Lucía y que tenía signos de estrangulamiento, fue asesinado por su propia madre en un estado absoluto de delirio posparto, cuyas características de clandestinidad no fueron menores. La defensa de Irina Carrión, la madre de esta criatura que nació en octubre de 2016, siempre apuntó al estado de salud mental de la agresora y por estas horas, mientras se realiza el juicio, se juga más que nunca esa carta. Hacer que el Tribunal de la sala II de la Cámara Penal entienda que lo hizo bajo un estado de "inimputabilidad transitoria". Es decir que, en el momento de cometido el aberrante hecho, la joven no entendía la criminalidad de su acción. Este estado transitorio tiene su base en la etapa puerperal de la mujer, con los condimentos que colocan al hecho en tela de juicio. La agresora quedó embarazada producto de una violación (perpetrada por su tío), las condiciones socioeconómicas de esta mujer eran extremadamente precarias y a eso se le suma el hecho que mantuvo su embarazo oculto por 9 meses. Por esto la defensa quiere convencer al jurado de que ella no está en condiciones de ser juzgada por este hecho. En contraposición, la Fiscalía ha pedido que su pena sea la máxima: prisión perpetua por homicidio agravado por el vínculo. Las audiencias serán pocas y escuetas, por lo que se prevé que terminen esta misma semana para definir alegatos y sentencia, la próxima semana.
La transición de los 9 meses de gestación de Irina fueron distintos a la de una mujer que está feliz por la llegada de su hijo. Este es el punto de convergencia entre la estrategia defensiva y lo que advierte la Fiscalía. Para la parte que es acusada, la mujer estuvo mucho tiempo sin entender lo que ocurría en su cuerpo, porque nunca comprendió que estaba esperando a una criatura, que estaba creciendo en su vientre. Lo que señala su abogado Ismael Hidalgo es que la chica no premeditó la muerte de su hijo, "porque si lo hubiese hecho, se lo habría arrojado a los chanchos, por ejemplo. De esa manera nadie se hubiese enterado que ella dio a luz", sostuvo a sanjuan8.com. Esta situación es la cuestionada por la parte acusadora, es por eso que este juicio sólo tendrá su foco en el estado de salud mental que tenía la acusada al momento de producirse la tragedia.
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Existen numerosos casos en varios países donde se logró la absolución de las madres que mataron o intentaron matar a sus hijos, una vez que comprobaron su "psicosis por posparto". Este hecho llamado filicidio, se produce por lo general en países subdesarrollados, según indica un estudio estadounidense realizado en 2010. Aunque esto es existente y nadie niega sus consecuencias, el hilo se corta a la hora de debatir si esta conducta criminal es digna de una dura condena de cumplimiento efectivo o si forma parte de una enfermedad que debe ser trataba con estricta custodia en un hospital Mental.