Respuesta de Maduro
El presidente venezolano calificó la estrategia estadounidense como una “amenaza criminal” y aseguró que la respuesta de su país es “eminentemente defensiva”, basada en la “lucha diplomática y política”. Sin embargo, advirtió que si Venezuela fuera agredida, “pasaría inmediatamente al periodo de lucha armada en defensa del territorio nacional” y “declararía constitucionalmente a la república en armas”.
Maduro agregó que su país se está “preparando para preservar la soberanía nacional, la paz y la integridad territorial ante estos métodos inmorales e ilegales que violan la Carta de Naciones Unidas”. “Venezuela es un país pacifista, pero somos un pueblo de guerreros y jamás va a ceder frente a chantajes ni amenazas de ningún signo”, aseguró desde un hotel de Caracas. También describió la situación como “la más grande amenaza que se haya visto en nuestro continente en los últimos 100 años… una amenaza extravagante, injustificable, inmoral y absolutamente criminal”.
Implicancias geopolíticas
Este despliegue no solo envía un mensaje a Venezuela, Nicaragua y Cuba, sino también a actores globales como Rusia y China, con fuerte presencia en la región. Especialistas señalan que “Estados Unidos siempre consideró a América Latina como su patio trasero; si no muestra control, pierde valor como potencia global”.
Trump, según su gobierno, no ve a Maduro como un presidente, sino como un “cartel del terror narco”, jefe fugitivo del Cártel de los Soles condenado en Estados Unidos por tráfico de drogas. La medida refuerza la política estadounidense de endurecimiento frente al narcotráfico y la migración, consideradas amenazas a la seguridad nacional.
El despliegue militar y la recompensa millonaria reflejan la estrategia de Washington de mostrar control en la región y ejercer presión sobre gobiernos considerados hostiles, con implicancias geopolíticas que podrían redefinir las relaciones en América Latina.