El huevo es una de las fuentes más completas de proteínas disponibles. Proporciona los nueve aminoácidos esenciales que el cuerpo humano no puede producir por sí mismo, lo que lo convierte en un componente clave para una dieta equilibrada.
Además, es una excelente fuente de vitaminas A, D, E y B12, junto con otros nutrientes como biotina y folatos, vitales para el buen funcionamiento del organismo. También aporta minerales como el hierro, fósforo, zinc y selenio, esenciales para la salud celular y el sistema inmunológico.
Un aspecto clave es la presencia de colina, un nutriente que juega un papel crucial en el desarrollo del sistema nervioso y en la memoria. Todo esto convierte al huevo en un alimento altamente recomendable para personas de todas las edades, ya que contribuye a la salud general y al mantenimiento de las funciones cognitivas.
El consumo de huevos en Argentina ha experimentado un notable crecimiento. En 2003, el promedio de consumo era de 127 huevos por persona al año. Hoy, esa cifra ha superado los 350 huevos por persona. Este incremento refleja una mayor conciencia sobre sus beneficios nutricionales y la creciente confianza en su seguridad alimentaria.
Cada vez más argentinos están optando por comprar huevos directamente de los productores. Según Javier Prida, presidente de la Cámara Argentina de Productores Avícolas (CAPIA), el 97% de los huevos producidos en el país se consumen a nivel local, pero también se exportan a mercados internacionales como Rusia, la Unión Europea y Japón.
El impacto económico del huevo va mucho más allá de su producción y venta. Es una industria que sostiene la economía rural y contribuye significativamente al desarrollo de muchas regiones del país.
En comparación con otras proteínas de origen animal, la producción de huevos tiene un impacto ambiental significativamente menor. Las gallinas convierten el alimento en proteína de manera muy eficiente, lo que reduce el uso de recursos como agua y tierra. Esto convierte a la avicultura en una de las formas más sostenibles de producción de alimentos.
La sostenibilidad es un tema cada vez más importante en el contexto global, y la producción de huevos en Argentina se está adaptando a estas demandas. Las prácticas de manejo responsable, junto con la eficiencia en la producción, posicionan a la avicultura como una alternativa respetuosa con el medioambiente.
Durante años, el huevo estuvo rodeado de controversias debido a su supuesto impacto en los niveles de colesterol. Sin embargo, estudios recientes han demostrado que esta relación es un mito.
El médico especialista en obesidad Alberto Cormillot explicó en una nota previa a Infobae que el consumo de huevos no aumenta de manera peligrosa el colesterol en sangre, siempre que se incluya en una dieta equilibrada.
De hecho, investigaciones de la Universidad de Castilla han mostrado que su consumo regular puede mejorar los niveles de colesterol bueno (HDL) y ayudar a reducir el índice de masa corporal (IMC). Esta evidencia refuerza la idea de que incluir uno o dos huevos al día, en la dieta, no solo es seguro, sino también beneficioso para la salud cardiovascular.
El huevo ha ganado popularidad en las dietas de pérdida de peso debido a su capacidad para acelerar el metabolismo y proporcionar una sensación de saciedad prolongada. Al ser rico en proteínas y bajo en calorías, es una excelente opción para quienes buscan controlar su peso. Algunos estudios indican que el consumo de huevos puede aumentar el metabolismo hasta un 30%, lo que facilita la quema de calorías.
Sin embargo, aunque existen regímenes alimenticios populares como la “dieta del huevo”, es fundamental seguir siempre las recomendaciones de un profesional de la salud para evitar planes restrictivos que podrían ser perjudiciales.
Una de las discusiones más recientes en torno a este alimento es la diferencia entre los huevos comerciales y los orgánicos o de granja. Según los expertos, los huevos pastoriles tienen un mayor contenido de omega-3 y proteínas debido a la alimentación y el entorno en el que se crían las gallinas. La productora avícola Maca Etcheberry destacó que las gallinas que viven en pastoreo no solo tienen una mejor calidad de vida, sino que también ayudan a fertilizar el suelo, promoviendo un ciclo de producción más natural y respetuoso con el medio ambiente.