Hoy es un día especial para todos aquellos que seguimos creyéndoles a rajatabla lo que dicen nuestros dirigentes políticos. Un párrafo aparte se merecen los dirigentes sindicales acostumbrados a mutar más rápidamente que el simpático animalillo El Camaleón. Como dice la canción, aunque no los veamos siempre están.
Muchos todavía no pueden sacarse de la cabeza la imagen de la asunción presidencial con Javi y Cristina riéndose a mandíbula batiente, la escena del bastón al estilo Fred Astaire y Ginger Rogers y la cándida despedida con esa tremenda frase: quédate tranquila.
Por estos días nos hemos conmovido por la rápida conversión de varios representantes de “la casta dirigente” volverse más castistas que la casta. En algunos casos escandalizados por las formas de ejercer la democracia por parte del actual gobierno. Es cierto que el gran León vacunó a más de uno, el aroma a casta aflora en su gobierno, pero nobleza obliga, una cosa es arengar a los devotos y otra es gobernar. Sobre todo, a un país tan atrapante como el nuestro.
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Una mención especial para el hit de la semana el DNU. Una criatura que entró como elefante en un bazar moviendo todas las estanterías del poder. Nadie pensaba que Javier Gerardo se iba animar a tanto, más aún cuando todavía no se terminaban de acomodar sus siete Senadores en los despachos. Párrafo aparte, un alivio fue lo de Bruno Olivera que después del traspié inicial le encontró el agujero al mate.
Hasta el portero del Congreso quedo sorprendido con el saludo navideño por parte del Kirchnerismo y la Izquierda deseándole buenos augurios al nuevo gobierno. El radicalismo, como siempre dividido, acompañando con disimulo y el Pro acompañando dividido y dando explicaciones. No vamos a seguir mencionado los saludos de los distintos espacios políticos que llegaron a Balcarce 50 porque no vamos a llegar con la publicación de esta humilde crónica. En fin como todos verán “la casa” no está muy en orden que digamos.
En el medio de todo esto el gobierno impulsa, de mínima por noventa días, una economía de guerra. La inflación podría estar arriba del 100% en los próximos tres meses, deterioro del salario, aumentos de tarifas y esperando la pronta llegada de los billetes de mayor denominación. Se hace difícil de imaginar pasar por el cajero a fin de mes y cobrar con siete billetes, para colmo que uno de ellos se nos vaya en el súper al toque y sin pestañear.
Nuestros líderes llegaron a este día por distintos caminos. Lo cual no deja de ser encomiable la tarea. La primera mención como corresponde es para Marcelo Orrego. Seguidor del Martin Fierro del genial José Hernández, se terminó devorando la gobernación, como reza en uno de sus pasajes al no cumplirse con la ley primera. Una vez asumido llamo la atención su primer titular: “No soy Mago”, que se lo puede interpretar de varias maneras. Veamos, lo primero que deberíamos entender es que no habrá los suficientes conejos para sacar de la galera. Esto de alguna manera acomoda a todos aquellos acostumbrados a vender gato por liebre y a los que confunden a la liebre con el conejo o viceversa. Lo concreto es que se vienen tiempos de cuidar la plata con la que se cuenta. Porque como dice un reconocido empresario con guita hace negocio cualquiera.
Donde no hubo unión verdadera y terminaron como Senador en un caso y en el otro como referente testimonial, se vislumbran dos posturas distintas. Mientras Uñac por un lado dice trabajar codo a codo con el gobernador por el bien de San Juan, sus diputados plantean otra cosa en el recinto. En el caso de Gioja, proclive al apotegma Nestorista miren lo que hago y no lo que digo, sus diputados insinúan colaboración con la gestión Orregista. Los tiempos de hablar de política caerán como fruta madura.
Dos reflexiones finales, a más de dos semanas de haber asumido el presidente Milei instala la intención de solicitar socorro financiero para un país que está exhausto. Su alineamiento con Estados Unidos y no romper vínculos con China son una señal. La otra más allá de la discusión por las formas en que puso en escena al Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que incluyen más de 300 medidas para desregular la economía, el mismo anula 82 decretos ley promulgadas en distintas dictaduras militares.
¡El Congreso tiene la palabra!