¿Cómo sucedió?
En un momento de distracción, el nene comenzó a comer unas galletas, que incluyen en su interior pequeños huevitos de colores. Fue entonces cuando uno de ellos obstruyó sus vías respiratorias, provocando un cuadro de asfixia que lo hizo perder la conciencia.
La desesperación se apoderó de los familiares al observar la situación, por lo que fue trasladado de urgencia al CePSI. Allí, el equipo médico logró reanimarlo y estabilizar sus signos vitales, aunque su estado seguía siendo sumamente delicado. Fue internado en terapia intensiva, con pronóstico reservado, mientras los profesionales intentaban revertir el cuadro.
Lamentablemente, a pesar de los esfuerzos realizados por el equipo médico, el pequeño sufrió una muerte encefálica irreversible y, posteriormente, un paro cardiorrespiratorio que provocó su fallecimiento en la tarde del martes.