La historia empezó en el 95 cuando Edgardo viajó con una tía a Buenos Aires para hacerse unos análisis. Fue así que en agosto, el joven que en ese momento tenía 18 años, fue a comprar y nunca más regresó.
Después de casi dos décadas de búsqueda y del dolor de una madre, el hombre regresó a su casa en Chimbas y se reencontró con sus seres queridos y hasta sus vecinos que lo recibieron con globos y en medio de una fiesta en toda la cuadra.
Si bien la familia mantiene el hermetismo sobre la muerte de Edgardo se supo que el hombre padecía una enfermedad crónica que finalmente lo llevó a la muerte, que lo encontró cerca de la gente que siempre lo amó y esperó su regreso.