Luego, aseguró que se está "tomando un tiempo para reflexionar, asumir la responsabilidad y determinar los próximos pasos, tanto personales como profesionales", al tiempo que sus acciones no son lo que quiere ser ni cómo representar a la empresa "que ayudó a construir".
"También quiero expresar lo preocupante que es que lo que debería haber sido un momento privado se haya hecho público sin mi consentimiento. Respeto a los artistas y al entretenimiento, pero espero que todos podamos reflexionar más profundamente sobre el impacto de convertir la vida de otra persona en un espectáculo", agregó.
Por último, cerró su declaración con una parte de la letra de Fix You, una de las canciones más famosas de la banda británica: "Como cantó una vez un amigo: 'Las luces te guiarán a casa y encenderán tus huesos, y yo intentaré curarte'".
Quiénes son los ejecutivos protagonistas del escándalo
Los nombres no tardaron en aparecer. El hombre en cuestión es Andy Byron, CEO de la firma tecnológica Astronomer, una empresa de software especializada en flujos de datos, valuada en más de u$s1.300 millones. Según su perfil profesional, ocupa ese cargo desde 2022, tras haber sido presidente de Lacework y haber pasado por compañías como Cybereason, Fuze y BMC Software. Byron está casado con Megan Kerrigan Byron, con quien tiene dos hijos.
La mujer que lo acompañaba en el show es Kristin Cabot, actual directora de personal de la misma empresa. Según su propio perfil, lleva apenas nueve meses en ese puesto y destaca por haber “ganado la confianza de empleados de todos los niveles”. En Reddit y otros foros se afirma que también está casada, aunque no se conocen detalles sobre su vida privada.
Un dato que sumó más morbo al caso fue revelado en los comentarios del video viral: la mujer que estaba sentada junto a Cabot en el concierto -y que también aparece fugazmente en las imágenes- habría sido promovida por ella apenas dos semanas antes. “El precio de la complicidad”, escribió un usuario en TikTok, donde el clip acumula millones de reproducciones.
El escándalo, además de sacudir al entorno empresarial, abrió debates sobre privacidad, exposición pública, relaciones laborales y los límites entre lo íntimo y lo viral. Mientras tanto, la banda británica sigue su gira, y Andy Byron y Kristin Cabot ya no pasan tan desapercibidos.