El abuelo de la niña habló con una radio cristiana minutos antes de su llegada a Roma para ser testigos de la canonización del cura que salvó a su nieta. "Una vez tuve un monólogo con Brochero mientras Camila se moría y le dije que yo no lo conocía, que por qué había venido a mi casa. Pensé que si vino era porque quería que le pidiera algo, entonces le pedí por la vida de Camila, su recuperación, la fortaleza de mi esposa y la mía. Y Camila mejoró. Hoy estamos viviendo esto". Al lado del abuelo de la niña estaba su esposa Marina que contó que Camila estaba feliz por este sueño: "Está contenta porque va a conocer al papa Francisco".