Los dos goles del partido fueron obra de João Pedro en momentos clave, justo para darle serenidad a su equipo. A los 18 minutos del primer tiempo, el brasileño definió con enorme categoría desde afuera del área. El segundo fue a los 12 de la segunda etapa, también con un remate inatajable. No gritó ninguno de los goles por respeto a su exclub, pero fue la gran figura del encuentro.
Es que, con el marcador a su favor, Chelsea pudo jugar mucho más sereno. Ambos salieron al campo de juego con la certeza de que no podían jugar con "normalidad" en estas condiciones climáticas, pero el resultado obligó a Flu a salir de su campo y cambiar el plan.
A pesar de la derrota dio la cara el equipo carioca. Como lo había hecho contra Borussia Dortmud e Inter, compitió frente a Chelsea y en algunas ocasiones estuvo muy cerca de lastimarlo. El VAR le quitó un penal en el final de la primera etapa y Eve falló un mano a mano antes del 2-0. Con un poco más de contundencia otra habría sido la historia.
Chelsea se impuso porque tiene mejores jugadores que Fluminense. No hay mucho misterio. Es un equipo directo, que maneja la pelota con el único objetivo de encontrar espacios en campo rival. No se entretiene, incluso en un encuentro que ganaba desde el comienzo y en el que necesitaba guardar energías.
Enzo Fernández y Moisés Caicedo manejan los tiempos. Pedro Neto, Cole Palmer y Christopher Nkunku aceleran cuando deben hacerlo y encuentran espacios que esta tarde aprovechó un implacable João Pedro. En el segundo tiempo quedó muy en evidencia la diferencia entre ambos. Ni siquiera el esfuerzo de Flu logró acortar la distancia y Chelsea terminó el partido sin complicaciones.
Llega en buen nivel el cuadro londinense a la final. No tuvo que gastar demasiadas energías porque en el complemento dominó con la pelota y no sufrió. Tendrá su desafío más difícil del Mundial justo en el último partido.