Los síntomas de la esclerosis múltiple son diferentes según la persona y la fase de la enfermedad. Sin embargo, algunos son más frecuentes y característicos de esta patología: fatiga intensa, problemas de visión (visión borrosa, visión doble), debilidad muscular, dificultades de coordinación y equilibrio, entumecimiento u hormigueo en diversas partes del cuerpo, problemas de memoria, entre otros.