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Los 5 hobbies que ayudan a fortalecer la inteligencia

Estos hobbies son actividades que pueden realizarse cotidianamente y que además son beneficiosas para salir de la zona de confort.

Un hobby es una actividad que se realiza por el gusto de hacerla, es decir, sin aspiraciones productivas ni educativas de ningún tipo, sino como una forma de recreación. Juega un rol importante en la vida ya que provee a las personas de un ámbito de escape de la cotidianidad, del trabajo y de las responsabilidades, lo cual es clave para conservar la energía vital y la motivación.

Algunas de las consecuencias positivas de los hobbies son resolver problemas con mayor creatividad y afrontar de mejor manera el estrés gracias a nuevas herramientas cognitivas y existe evidencia científica que demuestra que las mentes más brillantes y creativas tienen hábitos que estimulan la sorpresa en el cerebro.

Las experiencias nuevas entendidas como hechos desafiantes y motivantes son la mejor manera en la que el cerebro aprende, recuerda y consolida conocimientos. Por eso, salir de la zona de confort, es decir, de todos esos lugares que consideramos seguros, estables, pero que no nos permiten desarrollar nuevas habilidades cerebrales ya que carecen de condimentos que nos exciten, es fundamental para ampliar los límites impuestos por la mente.

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Los diferentes tipos de hobbies

Además, los hobbies son propicios para explorar los talentos y las habilidades poco cultivados en el día a día, o simplemente para conocer y desarrollar los gustos personales. Pueden ser de distinto tipo:

Hobbies físicos o deportivos. Consisten en actividades corporales, individuales o en equipo, que se realizan por el gusto de competir o de explorar nuevos entornos. Por ejemplo: jugar al fútbol, andar en bicicleta o hacer alpinismo.

Hobbies intelectuales. Consisten en actividades de tipo sedentario que requieren el uso de las facultades mentales. Por ejemplo: jugar juegos de mesa, leer literatura o ver películas.

Hobbies de precisión. Consisten en actividades que requieren de una motricidad fina, un uso preciso de los dedos y alto grado de concentración. Por ejemplo: el modelismo, la pintura o la jardinería.

Hobbies sociales o de intercambio. Consisten en actividades que involucran el trato con otras personas y la negociación. Por ejemplo: el coleccionismo, la filatelia o el aprendizaje de idiomas.

Los cinco hobbies recomendados por la ciencia

Estos son los cinco hobbies que mejoran las habilidades cognitivas y aumentan el tamaño de diferentes zonas del cerebro, según la ciencia.

Bailar. Un estudio de referencia que llevó a cabo el New England Journal of Medicine realizó el seguimiento de adultos mayores durante más de 20 años y halló que bailar regularmente redujo el riesgo de demencia en un 76%, el doble de la reducción asociada con la lectura. A su vez, un análisis de 2017 publicado en la revista Current Alzheimer Research determinó que las terapias con baile mejoran la función cognitiva en los pacientes con demencia.

Viajar. Un estudio con universitarios alemanes comparó qué sucedía en el cerebro de aquellos que viajaban con los que no habían salido de su ciudad. A todos se les midió los niveles de extroversión, de complacencia, meticulosidad, neuroticismo (estabilidad emocional) y la capacidad de apertura a nuevas experiencias. A aquellos que viajaron, al regresar se puedo observar que habían tenido cambios positivos en la personalidad. En cambio, quienes se quedaron quietos, no percibieron cambios. Además, lo que se modificó en los viajeros es que aumentó la capacidad para establecer relaciones sociales, su meticulosidad, su deseo de establecer relaciones cordiales con otras personas y la apertura a nuevas experiencias cuando se viajaba más de un año.

Hacer ejercicio de manera regular. Un estudio de la Universidad de Harvard reveló que el ejercicio puede mejorar la memoria y las habilidades de pensamiento. “Hay mucha ciencia detrás de esto”, aseguró el Dr. Scott McGinnis, profesor de neurología en la Facultad de Medicina de Harvard, mientras que resaltó que el ejercicio estimula cambios fisiológicos en el cuerpo, como la producción de factores de crecimiento, sustancias químicas que afectan el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos en el cerebro e incluso la abundancia, supervivencia y salud general de nuevas células cerebrales. Entre los hallazgos, el experto también mencionaba que realizar un programa de ejercicio regular de intensidad moderada durante seis meses o un año se asocia con un aumento en el volumen de regiones cerebrales seleccionadas.

Tocar un instrumento. Tocar un instrumento de manera constante podría considerarse como una especie de entrenamiento cerebral, ya que, para realizar esta actividad se requiere que el cerebro active zonas que procesan muchas habilidades diferentes al mismo tiempo, tales como la visión, la audición, el movimiento y la memoria. A su vez, cuando tocamos un instrumento se fomenta la conexión entre ambos hemisferios del cerebro y también se genera diversión, lo cual es fundamental a la hora de poner en pausa el cerebro y dejarlo descansar de todas esas exigencias autoimpuestas o pensamientos rumiantes, que nos recuerdan listas infinitas de tareas pendientes que tenemos previstas para el día.

Meditar. Un estudio de la Universidad de Harvard demostró que la meditación es capaz de modificar la estructura cerebral. Entre los puntos que detalla la investigación, destaca la modificación en el grosor cortical del hipocampo, una de las zonas encargadas de regular funciones como el aprendizaje y la memoria. En este caso, se observó que las personas que meditan habitualmente, pueden incrementar esas capacidades volviéndolas más inteligentes. Al mismo tiempo, meditar mejora el autocontrol, disminuye el dolor, aumenta la creatividad y es un gran apoyo para la depresión crónica.

FUENTE: TN