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Yankelevich confesó el sueño revelador que tuvo con Romina tras su muerte

En un sentimiento que va más allá de la muerte, el padre de la actriz habló por primera vez sobre una anécdota que tuvo que ver con Romina Yan. No te pierdas la historia.

Gustavo Yankelevich (65) fue el invitado especial del mediodía del jueves en Perros de la Calle y con una emocionante anécdota hizo vibrar a los integrantes del programa y a los oyentes. El productor de televisión y empresario charló largamente con Andy Kusnetzoff y contó una historia que le ocurrió a sólo tres meses de la muerte de Romina Yan, su hija, ocurrida el 28 de septiembre de 2010.

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"No me molesta para nada hablar del tema de Romina. A mí se ha acercado gente que había sufrido el fallecimiento de un hijo y me dieron tips que fui viviendo. Me dijeron 'prestá atención a esto o a aquello'", comenzó Gustavo, dejando abierta la puerta a las preguntas del conductor.

Entonces, Yankelevich contó una impactante experiencia que vivió: "A los tres meses que falleció Ro, fui a renovar el registro y Mirta, una señora que trabaja ahí, daba vueltas y vueltas hasta que me vio solo y me dijo que le había pasado lo mismo, que una hija de ella falleció a los 19 años, en un accidente de autos. Lloraba, la abracé y me dijo 'preste atención a la música'. En esos tres meses que no estaba Ro, yo ya lo había hecho sin saberlo. Es decir, en ese tiempo escuchaba temas que me hacían acordar a ella. Cuando Mirta me lo dijo, ya lo sabía yo, ella me lo reafirmó".

Gustavo se puso todavía más introspectivo y sintió las ganas de contar su experiencia: "Esto lo voy a contar públicamente por primera vez, aunque ya lo dije en privado a mis seres queridos. La última vez que estuve físicamente con Romina fue tres días antes de que muera y ese día hablamos cinco horas. Fue inusual, porque siempre me quedaba una hora con ella. Cuando me fui, me acompañó al auto, me dio un abrazo, un beso y me dijo 'tengo algo que contarte'. Le dije 'estuvimos cinco horas hablando, ¿y me lo decís ahora?'. Entonces le pregunté: '¿Es bueno o malo?'. Me contestó 'es bueno, pero no era para contártelo ahora'. No me lo llegó a contar...".

"Días después de su muerte, voy a una sesión de terapia con mi analista, que también había sido la de Romina, y le digo: "Voy a empezar por una pelotudez, tuve un sueño... no sé qué fue y le empecé a narrar. Cuando le contaba, abría los ojos y me dijo 'Romina te quería contar eso justamente, te fue a contar al sueño lo que te dijo que te iba a contar en persona'".

Yankelevich, con la emoción a flor de piel, siguió: "Gracias a ella, y porque está escrito, pude saber qué era eso. El tema es que Romina tenía su analista, con quien se atendió por 17 años. A los dos o tres años de atenderse con ella, me llamó a una sesión para mí solo. Cuando conocí a Mary, pensé que era fantástica y la quería de psicóloga mía, pero ella me contestó que no podía porque no era ético. Le conté a Romina y me dijo 'para vos sí, papá'. Entonces empecé a hacer terapia con ella y hace ya más de 14 años que me atiendo con Mary".

El productor continuó: "A los cuatro días de la muerte de Romina tuve un sueño muy nítido, era con colores y de una nitidez brutal, tan brutal que no era de la tierra, era un cuento, con nombres de gente que no conocía y que Ro me presentó en el sueño. Entonces voy a lo de Mary y le digo "voy a empezar por una pelotudez, tuve un sueño... No sé qué fue y le empecé a narrar. Cuando le contaba, abría los ojos y me dijo 'Romina te quería contar eso justamente, te fue a contar al sueño lo que te dijo que te iba a contar en persona'. Los nombres de la gente que me presentó en el sueño, ¡eran los nombres de gente con la que iba a trabajar en la comedia! Mary tenía la historia de Romina ahí y me lo dijo ella".

Con el estudio totalmente en silencio, Gustavo cerró: "Llegué a mi casa, me tiré en ese sillón en el que tantas veces lloré, y le agradecí a Dios no haberla perdido. Romina está conmigo". (Fuente: Ciudad.com).