Los accidentes sexuales son más comunes de lo que se cree, quizás no son tan públicos porque son muy pocos los que cuentan las derrotas. Solo los triunfos tienen vitrina. Es así como investigando en el anecdotario sexual de mi círculo social elaboré una lista de 10 situaciones en que el riesgo y el control toman distancia diametral.
¿Quién no se cayó de la cama, rompió la mesa de centro, botó una lámpara o perdió su ropa interior en casa ajena? La mayoría, de seguro. Por eso repasamos los accidentes más comunes y entregamos las claves para prevenirlos sin lamentarlos.
1. Ser descubiertos en el acto: Uno de los accidentes más comunes que ocurre en la pareja es cuando se decide erróneamente escoger algún lugar público como para aumentar la adrenalina y somos sorprendidos. Difícil es zafar de una situación así sin -al menos- pasar un bochorno o recibir alguna broma de mal gusto. Peor aún si es en la casa de los padres.
2.- Romper la cama: Es tan común dejarse llevar que uno no mide movimientos ni menos consecuencias, pero cuando la pasión llega al borde la locura son las camas las que más sufren. Cuando eso sucede tienes dos opciones: a) Sigues y te lamentas después; b) Te detienes y te lamentas igual.
3.- Pasión arriba, fuera abajo: Pasa generalmente que la pasión nos enceguece y la ropa a medio camino juega una mala pasada, especialmente cuando las habitaciones no están en el mismo nivel respecto del suelo. Es ahí donde las escaleras o los desniveles se transforman en nuestro peor enemigo.
4.- Erotismo motorizado: Ante la falta de dinero, el auto propio o prestado puede ser una opción, pero cuando no se alcanza a llegar a un lugar apartado o un mirador, la mayor parte de las veces un voyeur, el dueño del improvisado estacionamiento o la policía, te sorprende y tienes que arrancar.
5.- Romperropas: Si uno está muy entusiasmado, en algún lugar público o tienes el tiempo contado, lo más probable es que no midas tus fuerzas e ímpetu y arranques de cuajo la ropa propia o de tu pareja. En el momento es ultra estimulante, pero el drama se genera “después de”, justo cuando tienes que volver a la normalidad con un botón menos o sin un diente del cierre del pantalón.
6.- A ti te conozco: Generalmente cuando andas en algún hotel o sencillamente siendo infiel, lo peor que suele pasar es que te encuentres en el lugar menos pensado con alguien y que te descubra en los malos pasos. Si es antes, se te acaba la pasión; si es después, la culpa no te dejará tranquilo hasta confesar.
7.- De mantel largo: Los lugares más comunes en la casa, aparte del dormitorio, son el baño y la cocina. Es acá donde suceden la mayor parte de los accidentes con tanto utensilio dando vuelta y lo resbaloso de sus superficies, las cuales pueden provocar graves problemas si uno no tiene la destreza de un malabarista.
8.- Aros y collares letales: La bisutería o joyas suelen ser invitados de piedra. Un aro muy aparatoso o un collar muy largo puede enredarse con facilidad en cualquier protuberancia humana, y el dolor o, en el peor, de los casos la sangre suele llegar al río.
9.- Sueños mojados: Por lo general se suele acompañar con una botella de champagne, un vino o algún otro tipo de “licuado del amor”. Obviamente cuando los cuerpos se liberan son los vasos lo que primeros pasan a segundo plano provocando más de un desaguisado hídrico en las sábanas.
10.- Llamadas inoportunas: Nadie está libre de recibir un llamado inoportuno, especialmente en la intimidad. No hay nada más “mata pasiones” si el autor de ese telefonazo es el jefe o la mamá de uno, lo que puede derribar cualquier escenario erótico.
Fuente: guioteca