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¿Por qué una reina?

A 10 años de la creación de la Comisión de Reinas bien vale hacer un balance de lo transcurrido en este tiempo para analizar de qué le sirve a una Fiesta Popular la elección de una joven que la represente. Por un lado está el valor cultural que ello determina y por otro las condiciones y convicción que poseen quienes resultan electas. Una polémica que se discute en todo el país y de la que San Juan no resulta exenta.

Diría que gracias a la genialidad de Walt Disney, desde muy pequeñas, las niñas somos invadidas por la imagen de "princesas" que esperan a su príncipe azul, bello él; para construir la historia de amor jamás imaginada. Esa base de guión me atrevería a decir es la que se tomó siempre para contar historias en las más famosas telenovelas del mundo: a saber; El rico y adinerado que se enamora de la pobre y relegada; la rebelde que conquista al más deseado por todas y hasta la menos halagada que encuentra el amor en brazos del más lindo y corpulento, La lista es extensa y en verdad tiene todos los condimentos que imaginemos pero siempre sobre la misma base: Un príncipe azul que conquista a una princesa. Los ejemplos en todos los casos se traducen en ello.

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Ahora bien, por ese análisis, puedo concluir diciendo que nos hemos pasado la vida desde pequeñas soñando con ser esas princesas. El mensaje; casi de manera inconsciente; lo recibimos por todas partes. Walt Disney "chapeaux" (me saco el sombrero); no solo construyó un imperio sino que su idea atravesó todas las culturas.

No quiero desilusionar a nadie pero casi no hace falta que les diga que la realidad en la vida de la mayoría de las mujeres dista mucho de ser un cuento de hadas, y las princesas...las princesas...se reducen a un hermoso vestuario que sirve para mantener viva la ilusión de las infantes cuya ingenuidad nos ocupamos de preservar, como es lógico. No hay criatura que no se ilusione cuando ve a una "Reina" o no quede absorta al ver desfilar a la "princesa" de sus sueños.

Las Fiestas populares en todo el país toman la elección y coronación de la reina como un espectáculo necesario e ineludible para culminar el festejo. En la Argentina, se calcula, debe haber más de 500 reinas; no hay lista oficial, el dato se deduce por la cantidad de encuentros que terminan con una corona en la cabeza de la muchacha más linda, y ese adjetivo también entra en la polémica cuando de concursos de belleza hablamos. ¿Qué significa ser la más linda?¿Bajo el parámetro de quién?

Claro está que el tema tiene amplia convocatoria y más allá de la polémica, vale la pena rescatar aspectos sobresalientes: El hecho en sí mismo y la fuerza que posee una fiesta popular es indiscutido. Podrá gustarte o no, pero constituye un hecho artístico que pone en valor el talento, la creatividad, el trabajo y la proyección cultural y turística de una ciudad; y además potencia el trabajo de su gente. Me atrevo a decir que en San Juan, desde el actual formato de la Fiesta Nacional del Sol por primera vez han sido protagonistas y han tenido espacio de trabajo digno nuestros artistas; por primera vez pueden pensar en vivir de lo que les gusta porque además los ha profesionalizado. Antes de la Fiesta eso era imposible de pensar, su saber con suerte estaba relegado a ser un hobby. La pregunta obligada que sigue es ... y la Reina... por qué una Reina?

Estoy absolutamente convencida que la decisión del Estado de poner atención en la capacitación y formación de 19 jóvenes es una decisión acertada y superadora que incluso fue halagada e imitada por la mayoría de las Fiestas del país. Esas 19 mujeres tienen la oportunidad histórica de adquirir primero y luego transmitir sus conocimientos en su familia y en su propia comunidad después. Cada año salen 19 mujeres con una preparación, que por mínima que resulte porque así es, que puede cambiar historias personales, puede replicarse en experiencias y debería también poder lograr que ellas se conviertan en mejores personas. De todo lo expuesto, ésta última premisa es la que pesa.

La fantasía que les origina vivir un tiempo donde todo se les da todo a manos llenas; está al borde de convertirse en una pesadilla. Las generalizaciones nunca son buenas especialmente porque son injustas, no se puede decir que todas las Reinas electas terminan siendo una pesadilla para Turismo; de ninguna manera; pero sí ellas deben reflexionar que una vez electas asumen un compromiso y eso significa involucrarse y tomar la causa como propia. La causa no es más ni menos que multiplicar con sus acciones el mensaje que se traduce en el ser sanjuanino.

La falta de respeto y soberbia que he visto a lo largo de estos años me permite rescatar y contar con los dedos de la mano a las Reinas que fueron capaces de concretar ese objetivo sin que terminaran desgastando hasta el hartazgo; con una actitud cuasi extorsiva; para que se les conceda los caprichos del momento. Es así y es momento de decirlo; señoritas malhumoradas, engreídas e irrespetuosas que se pasan el año imponiendo condiciones absurdas e infantiles y menoscabando labores que les son conferidas. Actitudes vergonzosas que terminan siendo una mochila para el Ministerio de Turismo, que debo decir, pone todo, todo el tiempo para su bienestar.

En éstos 10 años he visto con beneplácito como la elección de la Reina ha buscado transformar el concepto tradicional para convertirlo en un espectáculo que remarque a la mujer, es una misión y una premisa que siempre se presentó clara, inclusiva y abierta; y mucho más en las últimas ediciones. Ahora el guante lo deben tomar del otro lado, lo deben tomar ustedes candidatas y Reinas; están llamadas a demostrar porqué son Reinas, que significa serlo y cómo las recordará la historia, si es que eso les importa.